Saturday, November 3, 2012

TRADUCCIONES DEL INGLES AL ESPAÑOL

1. 1950
2. Cuando papa murió
3. Ojos verdes
4. Atardecer sobre el centro de compras de Cote St Luc
5. Cambio de nombre
6. Ultima voluntad y testamento
7. La piragua
8. Estas manzanas
9. Momentos
  

1950
Stephen Morrisey

Yo nací en la mitad del siglo:
50 años antes del 2000,
50 años después de 1900.
Los hornos donde cremaban a las personas
apestaban aún.
Idi Amin y Pol Pot eran jóvenes aún.
En 1950, alguien puso un martillo en sus manos
y les dijo:
“Aplastad tantos cráneos
como sea posible”
y ellos lo hicieron.
El cuerpo de Hitler,
piernas carbonizadas,
oscurecidas de cenizas y de hueso,
permanecía aún caliente
y como si aún estuviese vivo
nos hablaba en susurros.
Con su mano derecha, aún sin descomponerse,
dibujaba swastikas en el polvo.
En los 50 yo vivía cada tarde de domingo
a través de la Twenty Century
en la televisión:
el dia D y Dieppe,
Messerschmitt y Panzers.
Amigos judíos en la escuela
perdieron ambas ramas de sus familias
y ya nunca las conocerían.
Un día sabrán –nos decían.
Y nosotros imaginábamos que aún podríamos oír las bombas
explotando en un cielo rojo,
escondidos bajo las mesas de la cocina,
mientras las sirenas de las incursiones aéreas
resonaban a lo lejos evocando en nuestra mente
el sonido de las ametralladoras
como la lluvia cayendo sobre un techo de hojalata.
Tantas balas se dispararon como personas murieron
en Babi Yar, alrededor de 10 000.
En Dresde las calles se convirtieron en asfalto líquido.
Todo eso impregnaba la atmósfera
como humo ¿o eran nuestras mentes?
un prolongado grito ¿o era Mao Tse Tung
y la Gran Marcha del ejercito rojo,
el paso de la gente a través del continente
de este siglo?
Sus nombres como ciudades,
lugares donde la gente era llevada y ejecutada
o claudicaba y se rendía:
Stalin, Hitler, Mussolini
Ho Chi Minh, Castro.
Yo nací en la mitad de un siglo
conocido por su crueldad.
Tumbas masivas descubiertas al paso de los años,
soldados polacos ultimados en la foresta fuera de Varsovia,
enterrados allí donde cayeron,
hombres con capas blancas mirando a las bulldozers
develar a los muertos.
Cuerpos ajados, carnes grises, oscuros genitales desnudos
expuestos sin vergüenza.
Colgaron los muertos
sobre las espaldas de los asesinos
como costados de reses.
Vertidos en tumbas colectivas
de millas de largo, cuerpos
hinchados y cubiertos de limo.
Esta semana yo ví los muertos
en la televisión
mezclados y retorciéndose en olas turbias,
coloreándose el agua con la carne en descomposición.
Incontables actos de homicidio,
la muerte del alma, la muerte del espíritu.
Atrapados por aldeanos
que los descuartizaron a machetazos, sus vecinos,
el matadero humano,
dando cuerpo a un rompecabezas de rojas partes.
No podemos reordenarlas.
No podemos tratar con esta mucha muerte.
Así que no pienses en eso.
Vuelve a tu propia vida.
Los muertos no pueden volver a vivir,
no pueden retornar para visitarnos.
¿Qué significan estos cuerpos
ahora que hemos visto tanta muerte?
Luchamos con el demonio, salvemos
lo que es bueno y precioso:
prehistóricas manos dibujadas en una cueva de Lascaux,
los tapices de Bayeux, el libro de Kells.
Con un pie en cada mitad de siglo,
recuerdo cuando Stalin
hambreaba a los ukranianos,
y las mujeres gritaban en las calles de Saigón.
Estamos hipnotizados por tantas escenas de muerte.
Mientras más vemos, más evadimos
nuestra propia mortalidad.
Ejecuciones en las calles, el cuerpo
colgado de un hombre
repetidamente batido con el metal doblado
de una silla,
sus pies a seis pulgadas del piso,
su cara ennegrecida y
una multitud mirando temerosa y reverente
la ausencia de vida en aquel que sólo momentos antes
se nos asemejaba,
los miles de toneladas
de sufrimiento humano como toxinas liberadas
flotan en la atmósfera,
gemidos y gritos grabados.
Ningún catalogo del sufrimiento humano es completo:
Rwanda, Armenia, Liberia, Bosnia...

CUANDO PAPA MURIO
Stephen Morrisey

Uno
Cuando Papá murió
estuve completamente solo,
sólo un hueso
sin carne ni cara, sólo
un sonido vacio,
una bola resonando en una lata vacia.
Mamá vino esa noche
"es mejor de este modo –me dijo–,
mejor la muerte que años de sufrimiento".
Dos
Cuando Papá murió
se podía escuchar
un alfiler caer;
y en una lata
ese alfiler cayendo
sonaba como un repique,
casi campanas,
casi un lamento.
Ese alfiler cayendo
devino una aguja
y traspasó mi corazón.
Mi cara es de cristal
tallado en hielo.
Mira cúan transparente
este dolor,
mira como lo deshago.
Tres
Me tiendo solo en la cama,
de noche, metido
entre las sabanas.
Era pequeño
y Dios cortó mi corazón
en dos pedazos por aquel
a quien amé.
Oh, esta noche es una
sinfonía de viento,
carros y sirenas.
Es luz. Cuadrados y triángulos
se mueven mecanicamente a lo largo
del techo. Entonces yo
desciendo hacia el sótano
del Ser, a la muerte de mi padre.
Nunca hablé de eso otra vez.
Nunca tuve allí sosiego posible.

OJOS VERDES
Stephen Morrisey

¿Donde obtuve estos ojos verdes?
Dos mármoles reflejando
el verde océano, dos piezas
verdes de cristal
halladas en la playa
donde se encuentran los ciegos.
Tú me preguntas por ellos.
Yo te digo
que ellos resplandecen en la oscuridad,
un efecto sobrecogedor como de poseído por espíritus
o seres del espacio exterior; ojos que salen cuando termina el día
y se tienden a mi lado sobre la mesa de noche,
mirando fijamente
al muro o alguna
puerta cerrada.
Si el cuarto vibra
por un camión que pasa
ellos se corren una pulgada
a la izquierda y miran las estrellas
en un cuarto de luna.
Yo nací con ojos verdes
¿qué puedo decirte?
Ninguna inyección de doctor creó esos ojos,
ningun adivino llegó hasta mi y me explicó el futuro
ni me dijo el pasado ya no existe
pero donde quiera que vayas
tus ojos verdes
miraran lo que tu nunca quisiste ver.
Con un giro de la muñeca
remuevo estos ojos
y ellos están en la palma de mi mano,
dos habas verdes mexicanas saltando elípticamente, doloridos puntos verdes en la palma de mi mano,
mirando fijamente al mundo,
como si fuera otro planeta, incapaces
de descifrar
lo que ellos ven, para venir a términos
con esto y con aquello
y quizá con la vida.

ATARDECER SOBRE EL CENTRO DE COMPRAS DE COTE ST LUC
Carolyn Zonaylo

Después de un día de cielo azul
unas pocas nubes rebosantes a la deriva
en torno al sol poniente.
Al final de nuestra calle
el centro de compras provee
una linea de horizonte para el resplandor dorado.
Según el sol comienza a ponerse
el cielo se nos muestra radiante de colores
tornándose primero brillante en su tono amarillo,
suavizándose luego hacia un tono rosa
sobre la tienda de comestible, la farmacia
y el Video Blockbuster. Yo he mirado
el sol ponerse detrás de montañas redondas,
reflejada su belleza sobre la superficie
de un lago artificial, la generosa
calma de un atardecer visto dos veces encima,
imagen reflejada en un espejo líquido.
Yo he seguido la esfera del sol
según se sumerge hacia el Pacifico,
horizonte salpicado por las islas occidentales,
el cielo entero encendido con un tono naranja
y dorado y amarillo –colores que permanecen
mucho despues que el sol se ha puesto.
Y entonces el rubor final rosáceo
haciéndose eco del marítimo estribillo:
cielo rojo en la noche, trae deleite al navegante.
Sobre el centro de compras de Côte St Luc
el espectáculo de la naturaleza es más
mundano, el comercio como telón de fondo,
compras diarias y aparcamiento,
utilitario todo en diseño y función.
Y aún, después de todo el calor de un día de verano,
el milagro: toda la gloria
de los atardeceres que yo he visto en escenas de paisajes
recreados en el cielo
que corona al IGA y Rona Hardware.
Esta bendición de luz
ofrece tanto placer como belleza,
haciendo una pausa en el ciclo
del dia a la tarde y la noche,
mientras el sol se pone en todo su esplendor
sobre el centro de compras de Côte St. Luc.

CAMBIO DE NOMBRE
Carolyn Zonaylo

Estas juventudes aman la muerte como ustedes aman la vida
Osama bin Laden, 1996

En el comienzo fue el sentido del temor ante la acción del individuo. un héroe, quizá, renunciando a su propia vida por... ¿las razones? Podían ser objetivos políticos, devoción religiosa, deber, historia ¿la gloria de una vida después? Ciertamente el énfasis estuvo siempre en la palabra suicidio, voluntaria renunciación del cuerpo y el alma por una causa (supuestamente) mas allá de la simple vida, la única huella de la existencia de alguien aquí sobre el planeta Tierra. Ahora, según la cifra de los muertos crece, personas inocentes despedazadas, heridas, mutiladas por el dolor, sirenas, escombros y, país tras país, victimas conducidas en camillas, sangre sobre las calles de la ciudad, en los lugares de culto, en los mercados o estaciones, hoteles o clubes nocturnos, aviones y en la medida que el tiempo pasa, el énfasis se traslada a la palabra detonador de bombas designación aportada por las circunstancias y que refiere únicamente al estallido, a la onda expansiva, al ruido y la destrucción. Finalmente, se instala este cambio de nombre homicida detonador de bombas, héroe devenido asesino, cuerpo físico no mas carne, no mas huesos y espíritu sino, y ahora, arma de guerra, objeto designado para inflingir daño corporal; «la belleza de las armas» no mas una metáfora sino realidad mortífera: radiación del Absoluto, no mas humano, sino armamento de matar, mutilar y destruir.

ÚLTIMA VOLUNTAD Y TESTAMENTO
Carolyn Zonaylo

Entrego mi alma a Dios, mi cuerpo a la tierra. Entrego mis poemas a la posteridad, mi espíritu a la tolerancia. Entrego mi mente al futuro, mis pensamientos a los escolares. Entrego mi vida sexual a los biógrafos, devuelvo mis sueños al colectivo. Entrego mi sonrisa al solitario, mis correos al ciberespacio. Entrego mi sabiduría a las estrellas, mis confesiones al océano. Entrego mi infancia a un huérfano de África, mi voto a los ciudadanos de un estado totalitario. Entrego mi libertad de expresión a un fundamentalista y escribo, sobre mi propia tumba, un epitafio: Vivir es crear. Entrego mi esperanza a la futura generación. Mis ideales a los que no han nacido. Devuelvo anécdotas de mi vida a los amigos que en ellas aparecen. Dejo mi corazón a esos que amo.

LA PIRAGUA
Naomi Levin

"Yo habia sido herido
y mucho
por mujeres" -él dijo-
mirandome a los ojos, fijamente.
No había la sombra de una sonrisa
en sus labios.
Asi pues, yo reprimí cualquier sonrisa
de desconcierto.
Herido por mujeres? -no dije.
Es que puede
una montaña, hombre
de rostro pétreo
y tranquila serenidad
ser herido por mujeres? -no dije.
Lo imaginé semejante a una piragua,
a la deriva entre los rapidos,
golpeandose,
deshaciendose,
rehaciendose,
entre las rocas erosionadas,
como mujeres, golpeadas a su vez,
por el imperio
de los sentidos,
arrastrado
en uno y otro
sentido,
hacia alante,
hacia atras,
en todas las direcciones
y finalmente
arrivando a la quietud,
desorientado,
derrotado,
bañado en su soledad...
"Yo habia sido herido
y mucho
por mujeres -él dijo-
pero ella me curó".

ESTAS MANZANAS
Taqralik Partridge

Que regalo me brindas
al llamarme corazoncito
una vez mas, y otra vez.
Que tierna cosa
ser amada por un hombre
que conoce
de musica y arreglo de uñas
y nunca escuchó de muerte
por uso de productos de limpieza casera.
Tú, que aún crees que el bien es bien
y el mal es mal
y para quien las gradaciones intermedias
entre ambos
no son algo que le haga perder el sueño.
Es algo por lo que te adoro.
Siempre existe una mala manzana,
tú dices y yo veo.
Por un momento lo creo,
que no hay gusanos o que, habiendolos,
solo actuan selectivamente
infestando los corazones podridos.

MOMENTOS
Taqralik Partridge

Para tener una buena medida
conduje la carne adentro,
mas que eso era imposible
regresarle
hasta la semivida
que succiona de la vida
en cada buena cosa
alrededor.
Cada chica tiene esa fantasía
del vampiro en el cuello,
labios sensuales en la piel
e incisivos de marfil
siempre listos a horadar
No haz escuchado acaso
algo asi? dejémoslo mejor
para la vida real.
Yo no soy buena
para desmayos y suspiros
ni temblores anticipados.
Prefiero el sol
y no me atrae la sangre.
No tengo planes
de vivir para siempre.
Sólo por este momento.