Monday, April 22, 2013

MADE IN SPAIN


Textos escritos entre el verano de 2011 (fecha de mi primera visita a España), veranos de 2012 y 2013.

HIJA

Ella
se aferra a mi meñique
con toda la fuerza de la vida.
Era más pequeña aún
y un día será tan grande
como yo.
Un día tendrá a su vez
cinco deditos aferrándose al menor
de los suyos.
Es eso lo que llaman
“preservación de la especie”.

MADRE

Ella
siempre decía
algo así como
“al analizar a alguien
debes ver las cosas malas
pero también las cosas buenas”.
En fin, pudo haber sido al revés.
La realidad es bien caprichosa.
Llegaba
a ser desesperante
en su terca voluntad de comprender a los otros
y esto, sin importar cuanto le hiciesen daño.
Tenía
un sentido
exacerbado de la justicia.
Era
alguien
demasiado bondadoso
para poder ser feliz
de una manera sostenible.
Tuvimos
innumerables
discusiones al respecto.
Al terminar
ambos salíamos pensando exactamente
lo que pensábamos antes.
Tal vez no.
Hay medicinas cuyo efecto
sólo puede sentirse
con el paso del tiempo.
Gracias a ella
no soy, ni aspiro a ser
lo que hubiera definido
como un hijo de puta.
Algo de sus paradigmas
se quedó a regañadientes.
Cuando intento ser justo,
alcanzo a comprenderlo.
Ella persiste de algún modo,
puedo sentir su presencia
y eso no deja de asombrarme.

¡Qué regalo más grande
me dejaste, madre!

Hoy te encuentras
quien sabe cuántos metros
bajo tierra.
La casa donde habitamos
ya no es más nuestra casa.
Tus libros no son más
tus libros y los míos
fueron quedando
extraviados
en cada nueva
migración.

¿Cómo podré transmitir
a mi pequeña hija
esa bondad tan tuya?
¿Cómo podré explicarle
que ser justo
siempre tendrá sentido?

CINCUENTA Y NUEVE

Dios me golpeó
con su poderosa mano
hasta hacerme caer
y con esa misma mano
me levantó del suelo.
Así lo habría dicho
si alguien me hubiese
preguntado
por lo que sentía mi alma
esos días que se fueron
entre la muerte de mi madre
y el nacimiento de mi hija.

Cincuenta y nueve días con sus noches.

En la más espantosa soledad,
mamá dejó el reino de los vivos.
No pude estar a su lado.
No pude escuchar sus últimas palabras.
No sé visualizar ese momento,
esa broma de mal gusto
tan brutalmente real.
Aún si yo hubiese
logrado reunir
aquel dinero
el suficiente
para ir y volver
de nuestra isla común
(aún entonces)
una absurda circunstancia legal
me habría impedido hacerlo.
A veces
creo que nada de eso pasó.
Posiblemente deba
esperar a ver su tumba
para entender
de una vez y por todas
la exacta dimensión
de la palabra muerte.

Mientras tanto,
disimulo mi duelo.
Intento canalizar
mi legítimo rencor
de una manera positiva.

Cuando mi hija ríe
(y esto lo hace a menudo)
me basta para entender
de una vez y por todas
la exacta dimensión
de la palabra vida.

ESPAÑA ADENTRO

Dijiste:
los olivos
tardan en crecer
el tiempo
de una vida humana.
Es por eso que al sembrarlos
no se siembra para uno
sino para los hijos que vendrán.

Esas palabras tuyas
y tú misma, al pronunciarlas
me resultaban extrañamente familiares
aunque nunca antes te había visto
y aunque nunca hasta ese día,
en el camino hacia tu pueblo,
había visto un olivar.

Allí,
donde cantabas canciones
mientras yo te observaba,
feliz
de un modo absoluto
por haberte encontrado,
por haberme perdido
en cada tramo de tu piel
y naufragado en cada hondura,
y triste
de un modo igual absoluto
por el deber de regresar adonde
los papeles legales
me confinaban,
imaginé un hijo tuyo
y mío,
correteando,
deslizándose, imagen
de un futuro
perfectamente tangible
en mi cabeza.

EN UN LUGAR DE GALICIA

Hubiera sido suficiente
una foto junto al nombre
de esa aldea,
en la Galicia profunda,
donde mi bisabuelo,
el padre
de la madre
de mi madre,
vió la luz.
En verdad
no era mi sueño,
sino el sueño de ella
el que cumplí
al visitar ese lugar
buscando algún indicio
de su segundo apellido.

Allá por 1911
mi bisabuelo, dejó su aldea,
y tomó un barco sin retorno
a las Américas.
En ese entonces, Cuba
era un país para inmigrantes.
Las últimas noticias
que él tuvo de sus padres
se remontaban al año 36.
Murió a los 100 años
dejando una familia numerosa
para quien la Madre Patria
era un recuerdo del anciano
y una metáfora en los libros de texto.
Encontrar a personas
familiares de tu sangre
al otro lado del océano
es una circunstancia ciertamente especial.
Que esas personas te reciban
con afecto y además
te muestren esa casa
donde nació
el hermano de sus padres
es una circunstancia más especial aún.
Yo que tengo
más que certezas, dudas
debo confiar en la emoción
que me provoca la piedra.
Cuando entré en esa casa
no tardé en reconocer el viejo molde
desde el cual él concibió su casa en Cuba,
la mismísima casa donde nació mi abuela
donde mi madre de niña pasaba las tardes
y donde me iría yo
de vacaciones
cada verano.
Esta casa y aquella
equidistantes en el mapa
trazado por el tiempo
en la memoria afectiva.

Revisitando el concepto de Patria,
las preguntas,
una vez respondidas,
presuponen
más preguntas.

HERACLITROPICALIS

No fue una
sino muchas veces
esas que fantaseé
con la idea
de volver.

Nací, crecí, viví
en una isla del trópico de cáncer.

Allí,
donde el tiempo
se negaba a transcurrir
y era siempre un futuro del modo subjuntivo
dejé una parte de mí
para buscarla luego.

Regresé en ocasiones:
no encontré lo que buscaba
en ninguno de los casos.

Una vez más sobre Heraclito,
nunca volvemos a entrar
al mismo rio.

Patria puede tener
las dimensiones de un sarcófago.
También puede tener
las dimensiones de una cuna.

ESTADO DE BIENESTAR

El sistema esto.
El sistema lo otro.
El sistema aquello
y eso de más allá.

Mientras zampan
su pinchito
intentan discernir
de dónde viene la crisis.
El estado de bienestar
ya no funciona, dicen.
Sólo me falta por oír
un discurso de Mahou.

En medio de un pesimismo
tan aplastante
aquel que busca empleo
debe hacer oídos sordos.

Es un gran argumento
no tener otra opción.
Cada día me levanto
y la sonrisa de mi hija
me sostiene.

Ella es la luz de mis ojos,
mi Hija Patria.

UN AMOR DE FACEBOOK

Me recuerdo en esta hora de muchas cosas, de cuando te conocí en el muro de María Antonia, de cuando me propusiste adicionarte, de toda la tensión que sufrí para decidirme. Un día preguntaron en tu muro a quién se debía avisar en caso de perdida de conexión y la posibilidad real del hecho nos conmovió a todos. Después supimos que era cierto, que ninguna conexión es invulnerable (si es verdadera). Muchos compañeros han visto pirateadas sus cuentas por no tener esclarecido algo tan sencillo.

Hoy todo tiene un tono menos dramático porque somos más maduros y el que más y el que menos sabe las cosas básicas pero el hecho se repite. Siento que no puedo seguir en tu lista de amigos y me despido de ti, de tus amistades, de tu muro que es ya mío y que soporta lo que se le ponga. Hago formal renuncia de mi membresía a tu círculo de amistades así como a la gente que pueda conocer a través tuyo. Nada me ata a tu perfil, sólo lazos que no se pueden eliminar como una etiqueta.

Haciendo un recuento de mi tiempo entre tus amistades creo haber comentado tus publicaciones con suficiente honradez y dedicación para hacerte ganar puntos en el ciberespacio. Mi única falta de alguna gravedad es no haber etiquetado con más fervor las fotos que publicabas desde los primeros momentos de nuestra amistad y no haber comprendido con suficiente celeridad tus cualidades fotogénicas y de erudito musical. 

He vivido momentos magníficos revisando tus enlaces y sentí a tu lado el orgullo de pertenecer a nuestra comunidad de buen gusto en los días luminosos y tristes de nuestra  primera desconexión.

Pocas veces brilló más alto una amistad que en esos días, me enorgullezco también de haberte contestado sin vacilaciones a cada mensaje, identificado con tu manera de pensar y de ver y apreciar publicaciones y comentarios. 

El mundo real reclama el concurso de mis modestos esfuerzos. Yo puedo hacer lo que te está negado por tu responsabilidad al frente de tu cuenta y llegó la hora de separarnos. Sépase que lo hago con una mezcla de alegría y dolor, aquí dejo lo más puro de mis esperanzas de contacto y lo más querido en mi buzón de mensajes… y dejo un círculo de amigos (ahora comunes) que me admitió como uno más, eso lacera una parte de mi espíritu. En los nuevos sitios donde me inscriba llevaré la fe que me inculcaste, el espíritu fraternal de nuestro círculo, la sensación de cumplir con el más sagrado de los deberes, establecer comunicación con otros seres dondequiera que estén, esto reconforta y cura con creces cualquier desgarradura.

Digo una vez más que libero a Facebook de cualquier responsabilidad, salvo la que emana del enviciamiento. Que si me llega la hora definitiva en otros sitios, mi último comentario será para nuestro círculo de amigos y especialmente para ti. Que te doy las gracias por tus comentarios y la foto que sugeriste para mi perfil a la que trataré de parecerme hasta la última consecuencia de mis actos. Que he estado identificado siempre con lo publicado por ti y lo sigo estando. Que en dondequiera que me pare sentiré la responsabilidad de haber pertenecido a tu círculo de amigos, y como tal seguiré actuando. Que no dejo a mis contactos y a las personas que pueda conocer nada material y no me apena: me alegra que así sea. Que no pido nada para ellos pues Facebook les dará todo lo suficiente para vivir y educarse.

Tendría muchas cosas que decirte a ti y a nuestro círculo de amigos, pero siento que son innecesarias, las palabras no pueden expresar lo que yo quisiera, y no vale la pena emborronar tu muro.

Hasta que me desconecte siempre
Facebook o Muerte
Te abraza con fervor comunicativo

MADE IN CANADA


Textos escritos en Canadá entre el invierno de 2004, verano de 2011 y verano de 2012. Provincias de Québec y New Brunswick.

ESE DIOS INTERIOR

Ese Dios nuestro de cada día
que nada tiene que ver
con la circuncisión,
y que se importa bien poco
con el viernes musulmán,
con el sábado judío, el domingo cristiano
y no importa cual rito
de los tantos
que se inventan los hombres
para sentirse protegidos,
es el Dios en que creo.

Mi abuela me bautizó
para que él me cuidara.
Mi abuela, que en paz descanse.

El Dios de mi abuela
era un Dios
antropomórficamente
concebido,
una especie de hombre
poderoso y lejano
incapaz de nacer
e incapaz de morir.

Eso creí yo siempre
al verla sentada
rezando bajito.
Hoy ya no estoy tan seguro.
Tal vez
al sentir
dentro de ella la bondad
mi dulcísima abuela
podía sentir que Dios estaba
en un algún sitio escondido
muy dentro de ella
y no encontró palabras
para explicarme.

De ser así, tuvo sentido
su desvelo
porque ese Dios interior
me ha acompañado siempre.

Fue mi brújula moral
y me impidió cegarme de odio
cuando tuve las razones para hacerlo.

Ese Dios interior
me ayudaba a discernir
entre eso que llamas bien
y eso que llamo mal.

Ese Dios interior
es el Dios en que creo.

EN TIERRA DE HIPERBOREOS

En tierra de hiperbóreos
descubrí
que Patria es sólo una palabra
muy caprichosamente traducida
y que no puedo expresar
todo lo que se agita
bien dentro de mi alma
cuando te nombran
o me preguntan de dónde vengo,
querido país mío.
A veces pienso
qué es lo que pude hacer
para intentar cambiar las cosas
pero sostengo que no tuve alternativa
excepto hacer mis bultos
y largarme
adonde pude.
Ya lo sé,
el patriotismo cubano
es patriotismo del exilio.
Sólo después de haber mendigado
el pan del extranjero
y sólo después de ser
extranjero tú mismo
es que la Patria adquiere
un nuevo significado.
En tierra de hiperbóreos
no me fue mal,
incluso fui feliz,
tuve más de lo que tú pudiste darme.
Y sin embargo
cuando te pienso,
cuando vuelvo a recorrer tus calles miserables
enfermas de consignas y sinsentido común
me pregunto a mí mismo
adónde pertenezco.

Tú, que siempre oscilarás
entre el verbo del caudillo
y el delirio del consumo
¿qué puedo hacer por ti
sino olvidarte?

NOSTALGIA

Dicen
qué gordo estás,
lo dicen todos.
Pero en el norte
del Norte
eso sólo le preocupa
a quien esté cerca de ti
y cuando digo cerca
quiero decir muy cerca.

Alaban
mi sentido del humor
cuando respondo
que semejante observación
debió venir envuelta
en una frase correcta
políticamente correcta
como te ves repuesto
o ya no estás tan flaco,
tan cubanísimamente flaco.

De los amigos a quienes conocía
unos se han ido
(y deben estar tan gordos
como me dicen que estoy
los que he encontrado),
otros se han muerto
(y deben estar más flacos,
definitivamente,
mucho más flacos
de lo que estaba yo
cuando me fui).

Aquí todo sigue igual.
Los mismos “filántropos”
exhaltando una utopía
en la que no creen
y criticando el consumo
con el que sueñan.

¡Qué cosa tan estúpida la nostalgia!

LA MEMORIA DE LOS MUERTOS

Los muertos
están muertos.

No les podemos hablar,
no podemos saber
si es que estarían dispuestos
a morirse otra vez
del mismo modo,
si aceptarían
dar su vida
para que otras
personas tengan
algo que a ellos
les faltó.

Los muertos
están muertos.

Y los políticos hablan
de la gloria de esas muertes
pero nunca se animan
a morirse también.

En las revoluciones
aquellos que sobreviven
no son nunca idealistas
porque los idealistas
que sobreviven
logran hacerlo
precisamente
porque en algún momento
cambiaron sus ideales
por algo más sensato.

Si buscas una razón para morir
siempre puedes encontrarla.
Es más difícil encontrar una razón para vivir.

Me preocupa mucho más
la suerte de los vivos que la memoria de los muertos.

PROYECTO DE BANDERA

Imagina una bandera donde el rojo
simbolizase la sangre derramada
por las mujeres
aproximadamente cada treinta días.

Imagina una bandera donde el blanco
simbolizara el semen esparcido
por los hombres suficientemente afortunados
como para tener una mujer que les cobije.

Imagina una bandera donde el color azul
no tuviese más sentido que el mar
y hablo del mar entero, sin líneas divisorias.

HÉROES

Cuando recuerdo
todas las alabanzas
que poetas a sueldo
han desplegado
y despliegan
para esos hombres ya muertos
que a través del ejercicio de las armas
mataron a otros hombres
y a su vez fueron matados
vuelvo a estar en armonía
con un concepto de héroe
necrofílicamente definido.

Tal vez por haber
creído en ellas demasiado
abstracciones como Patria,
Revolución, Libertad,
me parecen cuestionables.

Una idea que nos lleva
al punto de no sentir
compasión por los otros
no es una idea buena.

LA GENTE QUE UNO AMA

Ha pasado tantísimo
tiempo
desde que yo me fui
de la isla de Cuba
que incluso su presidente
no es ya más
el Comandante en Jefe.

Ha pasado tantísimo
tiempo
desde que yo me vine
al país de los
acomodamientos
irrazonables
que incluso
ya me siento
razonablemente
incómodo.

No me ha ido peor que a otros.
No encontré lo que buscaba
pero al menos entendí
que no había nada que buscar.

Cuando vas a otro país
puedes tener tanta suerte
que alguien te deje hacer
los trabajos que se eluden.
En el país que dejaste
la gente a quien importas
será feliz al pensar
que eres feliz
allá lejos, es decir,
aquí cerquita.

Tú pensarás
que es una mariconada
sentirte mal si al menos
los puedes ayudar
a subsistir
de vez en cuando.
Sería absurdo explicarle
a alguien en Norteamérica
this kind of behaviour.
Son ridículos lazos afectivos,
reminiscences of patriarchal society,
cultural patterns, dirán.
Aquí todo es sencillo:
en el reino de los cielos
hay un disclaimer esperando
por cada queja tuya.
Ha pasado tantísimo
tiempo
desde que yo me fui
de la isla de Cuba
que incluso los recuerdos
parecen de otra persona.
Hice lo que tenía que hacer.
Si aún estuviese allá
tal vez estaría pensando
en venir a este país
o cualquier otro.
No era mi destino
quedarme en un solo sitio.
Pensé que podía partir
y permanecer intacto.

Me equivoqué.

No cabe en el equipaje
la gente que uno ama.

Cambié el calor
por el frío
y no me dieron vuelto.

Vine,
vi
y perdí.

LEAVING HAVANA

No tengo un perrito chino para jugar a despedirme,
no tengo lápiz lapicero,
mis propiedades son pocas.
Patria no es humanidad
es cierto, Martí lo dijo
pero la experiencia indica lo contrario.
Los pasaportes existen,
las fronteras existen.
Miro el rostro de mi madre
miro sus múltiples arrugas
adonde voy una mujer de su edad
puede aún considerarse joven.

Estoy en nuestra casa
finalmente
puedo sentir algo así como afecto
cuando digo “nuestra”.

Ella ha sido
testigo de todas nuestras miserias
de todas nuestras precarias utopías
de todo nuestro inútil sacrificio.
Acaricio la nieve en el cabello de mi abuelo
acaba de cumplir noventa años
él sabe y yo lo sé que no podrá esperar
a que regrese para verle de nuevo:
él partirá yo partiré
es preciso partir.
Dejo mis muertos familiares
dejo mi corazón
me pesa mucho.
Voy a pensar en inglés
voy a hablar en francés
voy a intentar recordar en español.

BERLINSTRASSE II

Una mujer de nariz imposible
guarda mi corazón
en el país de nunca jamás.
Ya me mostraron
la máquina de hacer coffee,
la tostadora, y el molde para el pan.
Ya me explicaron cómo comprar
en una tienda con tarjeta de banco,
cómo sacar mentalmente el porciento de taxes,
cómo usar los cupones y cómo
salvar puntos.
Ya no me quedan dudas
de que el correo funcione,
de que se puedan disfrutar los comerciales,
de que uno encuentre exactamente el producto que busca.
Pero ninguna de estas cosas
me provoca tanto asombro,
ninguna de estas cosas me desmiente el olvido
como el recuerdo persistente
de sus ojos.
En el país de las nieves sufro por una causa ridícula:
puedo sacarme las botas para no ensuciar la alfombra
pero no puedo quitarme una mujer de la cabeza.
En el país de las nieves
casi ninguna demanda
subsiste sin su oferta.
Quiero decir, casi ninguna.

MI PEQUEÑA PATRIA

No es lo que dicen sobre tu cielo tan azul
ni las palmas (esas viudas
desesperadas y tercas)
persistiendo
bajo un sol apocalíptico.
No es el congrí
ni el folclor
ni tu extraña economía
las cosas que se deben recordar.
Tal vez un sentimiento irreductible
de disfrutar la vida a pesar de todo
o la ingenua convicción de que bastaba
salir de allá.
Tal vez los amigos
aunque la mayor parte de ellos también se ha fugado
a cualquier sitio de los cuatro
costados del mundo.
O tal vez la familia que supone
lograrás abrirte paso
porque eres inteligente
y no te falta coraje.
No es el mundo
eso que se nos dijo.
No es tan malo aquí afuera
pero tampoco tan bueno.
No obstante, sobrevivir es tan difícil
que un emigrante debe mandar sus sentimientos
de vuelta a casa,
allá, a esa pequeña isla,
detenida en el tiempo,
donde la vida podía ser
cómodamente miserable.
Patria,
empleé tanto tiempo
en escapar de ti
que casi dejó de valer la pena.
Eres como un bolero de mal gusto
que uno termina por tararear.

CARTAS DE AMOR

Hace ya mucho tiempo
cuando mi mundo era una isla de la que yo quería huir
escribí y me escribieron
cartas de amor.
Yo quería vivir en ese mundo
del cual las cartas de amor que recibía
eran los huecos negros por los que yo podía saber
que el mundo era más ancho que mi isla.
Mujeres
a las que quise
y algunas
me quisieron.
Yo mandé esas cartas por vías diversas
a este lugar al que debía llegar
alguna vez
pero esas cartas y yo
nos demoramos hasta el punto
de hacernos desconocidos.
Mujeres
a las que quise
y todas sin excepción me olvidaron.
En este gris paisaje con nubes de Mcdonalds
y ríos de Pepsi Cola
tener muchos recuerdos
puede ser una desventaja.
Cartas que leo y rompo
sin demasiada emoción.

EL DIA DESPUéS

Son esos días de bonanza
que siguen al caos, son esos días
extraños
en que te levantas con la sensación
de que lo que has vivido no te pasó a ti
sino a un otro que habita bajo tu piel
y que toma el lugar a veces de tu yo cuando se deja
la puerta abierta por descuido
y las alcantarillas del alma
nos inundan
con su olor tan poco refinado.
Pudiste haber hecho cualquier locura
porque tus sentimientos te llevaban cada vez más lejos.
Todos te lo advirtieron
pero eres terco como una cabra
y decidiste que con ella
no tendrías porqué atenerte a las reglas del juego.
Decidiste que podías
andar desnudo en la nieve, decidiste
crear una mujer de tu costilla.
Sí, ahora te preguntas cómo es que pudo ser
y sin embargo
todo eso lo sentiste tan real
como real es ahora tu desconcierto
por el vacío confortable donde habitas,
como real es ahora la conciencia
de que la soledad es una renta
que debe pagarse puntualmente.
La landlady te quiere como si fueras un hijo.
¿Cómo explicar sino que traiga dulces para ti
si eso no está incluido en sus obligaciones?
Ella
es muy amable contigo y también tienes
personas que te quieren.
Pudiste haberte muerto y ser feliz de morir
y sin embargo
la vida persiste.

CLE

Por alguna razón
yo estaba en el centro local de empleo.
La experiencia canadiense determina el empleo,
el empleo determina la experiencia canadiense.
Es un bello ejemplar de círculo vicioso.
El centro local de empleo
con sus letras y números de orden,
sus asientos y pizarras,
su tensión de ventanillas.
Y entre el público que espera
yo esperando también
y un par de adolescentes
de esos que pueden verse
a la puerta de los metros
casi siempre
solicitando a los que pasan algún cambio,
y cuidando de sus perros mucho más que de sí mismos.
El más folklórico de ellos
tenía tatuado todo el cuerpo,
es decir, todo su cuerpo visible,
con la imagen
a tamaño natural
de un esqueleto.
La nariz ennegrecida para lograr profundidad,
cada huesito de falange asomando entre los dedos,
la mandíbula desnuda, cada una de las vértebras
sosteniendo la nuca, cada uno de los huesos
dibujado en su lugar.
Una autentica obra de arte.
Él
podrá vivir
toda su vida
recibiendo los cheques de la ayuda,
vegetando a la puerta de los metros,
y culpando a extranjeros como yo
de venir a desplazarle del mercado laboral.
El funcionario del centro
que haya llenado su expediente
debe haber hecho un esfuerzo meritorio
para disimular.
Ese chico debe ser
un experto en demandas
por discriminación.
Me imaginé a mi mismo,
tatuado de los pies a la cabeza,
sentado frente a frente a un funcionario
del centro local de empleo.
Cargado de mis huesos,
hilvanando las respuestas,
cuidadoso en cada uno de mis actos
para no molestar en tierra ajena,
para no destruir lo que he podido obtener.
Centro local de empleo.
Nadie queda desamparado
en el centro local de empleo.

DESARRAIGO

Si fuera tan sencillo
como decir
es éste mi lugar
o aquel del que me fui
la emigración seria un fenómeno más simple.
Vas a empezar
–te dicen–
una nueva vida
y cuando no lo has hecho
te parece tan lógico
como cambiar de piel.
Entre la isla que arrastro
y el país de los hijos que no tengo
existe el mar,
terreno donde habitan
sin paz ni sepultura
los tantos desdichados
que no tocaron tierra firme.
Yo tengo lo que ellos no alcanzaron.
América me dejó entrar,
y finalmente,
ya comienzo a ser parte de ella.
Debo sentirme dichoso
lo cual, ya de por sí,
es un peso bien grande.
Soy,
un granito más de diáspora
diluida en la nostalgia
de un país al que tampoco ya podría devolverme.
Voy
dejando de ser
cubano por los cuatro
costados.
Uno de mis costados
ya es de aquí
o al menos
ya no es tan de allá.
Limpiando el culo a mi sobrino
pude oír su tierna voz
diciendo thank you
y entonces aprendí
eso que llaman segunda
generación de inmigrantes.
Entiendo a los suicidas en el metro.
Sin embargo, allá en Cuba nadie podría entender
¿cómo es posible suicidarse con la barriga llena?
Escucho a los turistas que regresan felices.
yo también sería feliz pudiendo estar allá
cada vez que quisiese y con dinero.
¿cómo es posible querer escapar del paraíso?
Sí, yo conozco las respuestas
pero no quiero deprimirme.
Tengo que ir al trabajo
y sonreír como se espera.
Aceptémoslo
si bien no tengo grandes ambiciones
tengo al menos
instinto de auto conservación.
Tan lejos de Cuba,
tan lejos de la Habana,
tan lejos de mi casa
me pregunto si es que aún mi casa existe
mientras pago la renta
por el cuarto que habito.
Montréal es un buen sitio bajo el sol
pero nadie va a extrañarme
si algún día me ausento.
Es eso lo que llaman desarraigo.

ELLAS

No hubo nada especial cuando nos conocimos.
Yo estaba preocupado por regresar a casa.
Mi mujer improvisaba escenas de celo
casi continuamente.
No hablé de mi relación,
no dije que era fiel de una manera estúpida,
no renuncié a tener su numero
simplemente lo guardé.
Gracias a esto
la autoestima no se destruye del todo
cuando te dejan.
Gracias a esto
mientras mi ex se acostaba
con alguien que la trató como se merece
yo tuve en mi cama alguien
con quien pude recobrar
el deseo de vivir.
Gracias a esto
cuando mi ex regresó
a tener algo de sexo
con alguien que le tratase algo mejor
y no como se merece
yo tenía también
algo nuevo que contar.
Sí, las personas se utilizan
unas a otras
todo el tiempo.
Hay mujeres cuya función
es limpiarte el camino.
Esto no quiere decir
que valgan menos.
Incluso
tal vez sea todo lo contrario.
Llegan
para mostrarte
que el dolor es pasajero,
que vas a sobrevivir
y que serás feliz
sólo si puedes serlo
en cualquier circunstancia.
No se pueden quedar
porque tus heridas sangran
y lleva tiempo que cierren.
No se pueden quedar
porque merecen algo
mejor que un hombre herido
para sus propias vidas.
No mienten,
no dicen que te aman
ni esperan que lo digas.
Ellas hacen su trabajo
y se retiran de escena.

PUTAS DE SAINTE CATHERINE

Las putas de mi país
no son tan profesionales
como las putas de Sainte Catherine.
Las putas de mi país
pueden creer eventualmente
en príncipes que viajan disfrazados
para encontrarse con alguien que les quiera
no exactamente por el dinero que pagan.
Son bien subdesarrolladas
las putas de mi país.
Les falta mucho del cinismo que aquí sobra.
Pueden llegar a confundir sentimientos con trabajo.
Por eso me sonrío cuando alguien me pregunta
sobre las cosas que extraño en mi país.
Las putas de Sainte Catherine
han desterrado el azar y deambulan como espectros,
protocolarmente se acercan a los carros
que aminoran la marcha.
Las putas de Sainte Catherine
podrían quitarse la ropa
escuchando Pink Floyd
para alegrar el ambiente.
Las putas de Sainte Catherine
saben que todos los lugares vienen a ser la misma mierda
con la excepción de que algunos podrían ser peores.

MADE IN CUBA


Textos escritos a partir de algún momento en los años ‘90 del siglo pasado y de esa fecha hasta el invierno de 2004.

HABANIDADES

Habanidad de habanidades
todo es vanidad
y todo se desvanece
excepto ella
la ciudad, que perdura
y el tiempo,
siempre el tiempo.
La ciudad tiene un muro
similar a otros muros
pero un poco más discreto.
Al otro lado el mar
un cementerio azul e inmenso
como azul es el cielo
como azul es la esperanza
ay, perdón, me equivoqué
la esperanza es casi verde.
La ciudad lleva a Dios sobre sus hombros
y de noche abre sus piernas
al que mejor le pague
la ciudad tiene extranjeros
que caminan despacio y tiran fotos.
Ellos cuentan cómo es el mundo fuera
y si logras viajar puedes contarlo también
y caminar despacio y, por supuesto,
tirar fotos.
La ciudad tiene moscas
la ciudad tiene mosquitos
pero las moscas sólo acosan al turista
los mosquitos, en cambio, son muy poco selectivos.
A las moscas las multa el policía,
al mosquito lo extermina
el ejercito del humo.
Cuando pienso que toda mi existencia
ha girado y gira en torno a este
pedazo de concreto que limita la ciudad
y aparece en las postales
me pregunto si es que puede
existir algo más hermoso.

INFANCIA I

Entonces
mi casa era la casa de todos,
la sociedad de todos me lo daba
todo
me lo daban también mis padres
y yo ignoraba
todo
lo demás vino después
cuando la vida comenzó a contener violencia,
sexo,
y lenguaje de adultos.

INFANCIA II

Será porque nací
dos años después de la Gran Zafra
y porque los Van Van no fueron
tengo una gran experiencia sobre causas perdidas.
Tengo una parte básica del cerebro
tengo una parte no básica del cerebro
tengo una parte dirigida del cerebro
un corazón con forma de Matriuska
un sexo modelado por el Dr. Schnabl.
Fui educado por Rumsay y Mazenka en el bosque
pero no soy un pariente del que cabalga a Palmiche
el ogro de mi infancia fue la sierpe imperialista
y hasta me sentí culpable de no morir en la guerrilla.
En el país de la infancia
estaba científicamente demostrado el progreso
y la religión era el opio de los pueblos.
Orejitas a cuadro explicaba el revisionismo
y yo sentía temor a desviarme del camino.
Tio Stiopa cuidaba el orden público
un futuro luminoso y de cartón reciclado  me esperaba.
Será porque confundo Das Kapital con el antílope dorado
o porque la realidad no es como la enseñaban
los camaradas Rosental y Ludin
da vértigo pensar en esos años felices.
A ese país de la infancia
ese y no otro es mi país, bien lo conoces...
su gran capital se llama... ya no puedo regresar y tampoco salir.
Cerró la puerta el malvado Artajá
y sólo él la abrirá de nuevo.

ROLLING OVER BUKOWSKI

Todas las mujeres
todos sus besos
los diferentes modos
en que se vienen y se van
en que te atan a su sexo
o mejor, en que se atan a tu mismísimo
sexo y no te dejan
o te lo dejan enredado con un nudo de corbata.
Era uno de esos lugares
que abren aún de madrugada.
Yo estaba desvelado
y fui a sentarme alli sólo a tomar
y fui a sentarme alli a tomar solo
como un perro
que no resiste esperar a que amanezca,
alejado de las luces y del ruido
y solo,
abandonado hasta por las pulgas.
Ponían una canción de Enrique Iglesias
ya podrán imaginarse de qué clase
de lugar se trata.
La imagen de un tipo solo
tomando
solo
en un lugar así
supongo que no dejaba
de ser patética
y había
también
una negra
gorda como el tonel
de Díogenes
bailaba algo borracha con dos negros más negros
que la maldad
y
se acercó de pronto hasta mi mesa
quería venderme pomada china.
No sé como ella puede haber imaginado que yo buscaba
pomada china
precisamente
pero se acercó a venderme eso precisamente: pomada china
es bueno para el dolor
–me dijo–
de cabeza
y si te duele el alma
te lo frotas sobre el pecho
y se indicó con el dedo
un punto vago
algo a la izquierda
de sus voluminosas
tetas.
¿Te dejaron? –preguntó
no te preocupes, chino
que ya aparece otra
y es verdad
siempre aparece otra
y tal vez eso
sea lo peor
pero eso no lo dije.
En realidad no dije
nada.
Ella tomó el billete y lo introdujo
presillandolo
con sus voluminosas
tetas.
No me ha hecho efecto
pero aún
de vez en cuando
me froto
un poco de pomada
china
sobre la izquierda
en el pecho.

16 AÑOS

Nunca había visto
un coño
abierto
delante de mis ojos.
Por supuesto, conocía los manuales
de Alemania democrática,
interpretaba manualmente alguna
que otra película
de los cines y también
¿por qué no confesarlo?
había tenido mis juegos de manos
pero nunca fui un tipo de suerte
con las muchachas de uniforme adolescencia,
no soy bueno para convencer a nadie
y para colmo era también
un cabrón adolescente
patético
y sin sentido del humor.
Mi padre
era un cuadro del Partido.
Mi madre
era un cuadro del Partido
y yo pintaba cuadros
en la escuela de arte
(centros procesadores que embotellan
el alma incipiente
de los grandes maestros del futuro).
Entonces llegó ella
modelo de la escuela donde yo pintaba cuadros:
cuadro clínico:
Dios mío, era brutalmente hermosa
boca de puta
ojos de cierva
los pechos duros
la grupa inmensa
y el sexo parecido al de los manuales, es decir,
si es que entendemos
la furtiva relación que se establece
entre el ojo del estudiante y la modelo
colocada
a la prudente distancia
de varios metros.
Pienso que todos la deseaban
era, repito, brutalmente hermosa.
Bueno, debo agregar que yo escribía poemas
y reciclaba ese bolo
alimenticio no totalmente digerido
donde podía notarse
a simple vista
algo de Silvio
algo del viejo Nicolás
sin songoros ni cosongos
y Roque y los demás
Nogueras y Nazim
Hikmet.
Uno es más o menos lo que escucha
o lee
y yo dejaba
saber a otros
(tal vez a demasiada gente)
que yo escribía
y qué cosa escribía.
No sé de qué manera ella lo supo
y leyó aquellos poemas que,
más tarde y escrupulosamente,
eliminé.
Pero entonces
y todavía
estaba ella
parada frente a mí.
Me gusta mucho lo que escribes, dijo,
habló de madurez
y se asombró de mi edad.
Pienso que ella tendría
10 más no menos e infiero
que llamaba madurez
a mi afectada
apropiación de axiomas
induzco
que mi modestia prestada
me habrá impedido responder excepto
alguna estúpida frase
estúpidamente inteligente
y colgada
de sus pezones
duros, pétreos, reventando
bajo la bata del receso,
a veces
volvimos a coincidir sin mayores consecuencias
en ese mismo horario,
en ese mismo banco entre los
turnos
hasta esa tarde
en que me dijo algo
tan
soberanamente ridículo como
“me gustaría
amarte”
y yo respondí como un hombre maduro,
es decir,
no dije nada
a esa mujer
sentada frente a mí
boca de puta
ojos de cierva
los pechos duros
la grupa inmensa.
Sonó el timbre
y ya no tuve más calma que la aparente
y ya no tuve más concentración
y ya no pude ser profesional.
Afortunadamente terminó el último de aquellos
turnos.
y yo la acompañé hasta cerca de su casa
como ese hombre maduro
que, por supuesto, no era.
No palabras
no explicaciones
no nada
solamente un beso cerca de los labios
en esa esquina en que decidió seguir sola.
Te espero, dijo,
mañana
y no sé bien cómo pude
dormir hasta mañana.
Cuando llegué a su puerta
cuando me abrió su puerta
cuando me hizo entrar allí, más allá de su puerta
su ropa, de pronto, no estaba más sobre su cuerpo
su cuerpo, de pronto, no estaba más
erguido sobre sus pies
junto a la puerta
sino sobre su cama, tendido
como la tierra que espera por la lluvia
abierto
como un animal salvaje.
Entonces
lo pude ver bien,
entonces
vi sus fauces
vi la bestia esperando
sonriendo un poco antes de engullirme
como a Jonás como a Pinocho
labios
hermanos de otros labios
y alrededor el bosque
el incipiente lobo
el hombre viejo el hombre nuevo
el hombre verde
el hombre maduro
el hombre podrido
siempre el hombre
y el
abismo al centro, casi húmedo
y totalmente cálido
tirando de mí
con todas sus benditas
fuerzas.
Cuando todo acabó
tomamos un café
prendió un cigarro
para los dos
y a mí me traicionó
la tos, el humo
fue más honesto que el escri/
(v)(b)ano todo, excepto
su coño para siempre en mi cabeza
y en otros coños próximos lejanos combates
mujeres.
¿Es tu primera vez? –ella no pudo no preguntar
y el café estaba amargo, quiero decir: amargo
sí –no pude yo
no responder
y no volvimos nunca a vernos
ya no volvió a posar
desnuda
y aséptica
ya no volvió a pasar
desnuda
y ardiendo
ya no volvió a pesar
sino el olvido
fútil, fatal un poco
y deslizó palabras
el absurdo consuelo de una,
de otra,
cita imposible.
Era
su turno de mentir y se vestía
se reciclaba, se ajustaba
el maquillaje
frente a mí
boca de puta
ojos de cierva
los pechos duros
la grupa inmensa.

MI PADRE

Cuando mi padre se fue del país
yo no le acompañé al aeropuerto.
Es difícil que a alguien aquí
le gusten los aeropuertos.
Resultan una experiencia más bien traumática:
son como huecos negros
por los que ves desaparecer a la gente que quieres.
Mi padre no era la excepción.
Cuando mi padre era un adolescente
tuvo una revelación compartida por miles de personas
y se entregó por entero
a un Dios extraño.
Ese Dios
no le ofrecía al creyente la felicidad futura
sino la de sus hijos y mi padre dijo a Dios:
sí, te doy mi vida. Ojalá sirva de algo.
Cuando mi padre se hizo viejo
entendió que sin duda había entendido mal
lo que Dios había dicho
pero ya no tenía tiempo
para volver a oír
a Dios.
Cuando mi padre se fue del país
yo no le acompañé al aeropuerto.

ESPERANDO EL CICLóN

Con los ojos apuntalando el techo
donde asoman las grietas
que aprovecha el enemigo,
con la cíclica angustia de cada año
espero la llegada del ciclón de turno.
Nadie sabe qué encontraremos cuando termine la función,
cuando restauren la luz
o, simplemente, amanezca.
El teléfono no funciona y Dios está muy lejos,
son volubles los elementos, realizaran su obra.
Lo único deseable es que terminen pronto.

LA RESACA

No basta con decirle
“por favor, desaparece”.
El recuerdo es un animal salvaje.
Se quedará, oculto en la hierba, agazapado,
inocuo en apariencia pero vivo,
esperando sin prisa, cauteloso,
el momento oportuno de saltar sobre tu espalda.
Es por eso que tienes que enfrentarlo y vencerlo,
es por eso que el recuerdo debes domarlo a pulso.
No resultan con él, el apaciguamiento,
el “acompañe al señor hasta la puerta”,
el “ya sabe donde nos tiene, adiós, buen viaje”.
No basta acostarse con otra mujer
para olvidar a ésta.
De hecho
si lo que se recuerda
no son los genitales en sí
o detalles topográficos del terreno
sino más bien ese juego de máscaras
y desnudeces posibles
(nombre de Dios)
en que te has visto involucrado
con alguien,
una mujer por otra parte
insignificante,
si tenemos en cuenta el porcentaje que ocupa
el sexo débil en el total de la población humana
es probable que el efecto sea, más bien,
contraproducente.
Es probable que esa abnegada
compañera que trabaja
en que te vengas como un perro
y por quien sientes un afecto casi fraternal
teniendo en cuenta todo lo que hace
por ayudar a que tú,
su pobre amante,
eyacules asidua y felizmente
no pueda evitar preguntarte,
gracias a un fino
olfato de mujer
¿qué pasa? o ¿en qué estás pensando?
y tendrás que aceptar
si no quieres mentir
y tendrás que callar
si no quieres perderle,
si no quieres
prescindir de sus servicios
que se trata
de esa otra mujer
a quien importas un comino
tal vez o un poco menos,
que se trata
de esa otra mujer
que está en tu cuerpo
como alcohol residual, que destilan tus poros
como alcohol residual, que se obstina en no
desaparecer, repito,
como alcohol residual,
y permanece
resaca recuerdo residuo que sigue
a la fiesta
de los sentidos.

MACHISMO Y EMPIRIOCRITICISMO

La experiencia que sacas
de los errores cometidos
con la última mujer
no siempre
te sirve para evitar
equivocarte
una próxima
vez.
Posiblemente, incluso,
lo que fue en una ocasión
un algoritmo correcto
no lo sea más que en un caso
determinado.
Son poliedros incomprensibles
las mujeres.
Pueden volverte loco
si no logras asumir
una volubilidad casi geométrica
para tratar con ellas.
No hay metodología
para abordar este problema,
no hay recetas de cocina.
Cada mujer es un enigma diferente,
cada mujer es una esfinge,
cada mujer presupone un pie torcido.

PEDIGREE

El padre de mi abuelo,
el alférez del ejercito libertador
Pedro Montalvan Lezcano,
se negó a aceptar el dinero del licenciamiento
argumentando que no había
ido a la guerra por dinero.
A diferencia de lo que hubiera hecho
el coronel de muñequitos Elpidio Juan Padrón
se entregó a la bebida
hasta morir alcohólicamente
dejando sobre la madre de mi abuelo
el peso de criar dos huérfanos de mambí
y la memoria de un entierro
auspiciado por el Centro de Veteranos.
Mi abuelo por su parte
trabajó toda su vida para salir de la pobreza
y logró  hacerse de un negocio y, por ende, del dinero
necesario para evitar
estrecheces y tener
una vejez confortable
pero algo estaba pasando mientras tanto
y llegó aquel fatídico 1968
y con él, la intervención
de todos los negocios particulares
por supuesto, a nadie le gusta
ser privado de lo suyo
¿pero qué puede argumentar
un pequeño comerciante
y de qué puede servir
si todos parecen estar de acuerdo
en que resulta estrictamente necesario
para que todos vivan mejor
que lo de uno sea de todos,
es decir, del Estado?
Mi abuelo pertenece a eso que llaman ahora
eufemísticamente
“sectores vulnerables de nuestra sociedad”.
Mi madre pudo haber seguido los consejos
de colarse en una casa abandonada por sus dueños,
burgueses reticentes,
burgueses vencidos,
burgueses “no me dan pena”,
burgueses o simplemente traidores
en esa época en que había
suficientes despojos a repartir
y además no hubiera sido mal visto
tratándose de una mujer revolucionaria
con un hijo comecandela creciéndole en el vientre
pero ella tampoco pensaba
que la revolución se hubiera hecho para eso
y optó cándidamente
por una casa declarada inhabitable
hace una buena cantidad de años.
Su caso debe haber sido comidilla
de cuanto burocrata hijoeputa
haya leído las múltiples solicitudes que cursó
a las instancias pertinentes
pero claro, siempre hay alguien que está peor,
compañera, no se preocupe su caso
encontrará una solución el día
en que lleguemos al comunismo.
Pertenezco a una estirpe de perdedores,
profesionales del error, clásicos tontos
que se creyeron el cuento
con que un día los durmieron
y despertaron orinados en la cama.
Nadie quedará desamparado,
lo oigo todo el tiempo,
me río a veces.
Sí, un mundo mejor es posible
pero, evidentemente, hay que adaptarse al que existe.
Genéticamente, el optimismo
tiene muy poco que ver conmigo.

LO IMPONDERABLE

Se abate sobre nosotros
lo imponderable.
Tal vez quiten la luz
tal vez se jodan los alimentos en el “frio”
tal vez el apagón te despingue electrodomésticamente
tal vez retransmitan ese programa por todos los canales
tal vez suban los precios otra vez
tal vez el dólar baje
tal vez desaparezca
tal vez quiten el gas
tal vez quiten el agua
tal vez deje de funcionar el teléfono
tal vez no haya transporte
tal vez no haya esa medicina en la farmacia
tal vez no haya trabajo, tal vez sea feriado
tal vez el pan de hoy lo den mañana
tal vez un inspector te deje sin sustento
¿a quién puedes quejarte cuando la vida
dista tanto de ser normal?
¿a quién puedes reprocharle que el concepto rutina
no sea un algo para romper sino más bien un algo
para reconstruir?
nada que hacer, es la otra cara
de tantas gratuidades
y el que vive de favor
poco puede reclamar.
Puedes darle un barniz
pero en esencia se trata de eso.
Mira a los locos,
mira a esos tipos que inundan las calles
interactuando con un otro invisible,
hablando con un otro invisible,
vociferando en voz baja
cosas impublicables.
Pregúntate
si no serán
acaso
las víctimas anónimas
de lo imponderable.

UNA BASURA EN EL OJO

Un hombre que es por dios cero
Un hombre que es por dios cer
Un hombre que es por dios ce
Un hombre que es por dios c
Un hombre que es por dios
Un hombre
sumergido
subcutáneo
subyacente
sucio
y sobre todo acostado
y sobre nada acosado.
Un hombre feliz
un hombre
horizontal y feliz
riendo
mu/riendo
sin agonías existen/
tras/cia/Zen/den/ta/les
sobre un deposito de mierda
sobre un deposito, es decir,
de basura
Servicios Comunales
higiene citadina.
Feliz ¿qué duda cabe?
¿Qué duda puede
caber, si es que se ríe?
como no cabe su cuerpo
que se desborda
que se desborda
que se desborda.
Un deposito
es un lecho confortable
sobre todo si estás mal de la cabeza
sobre todo si estás bien
y se te importa
un carajo lo que diga
la insensible humanidad
de los desechos
desechables
que no aprecia
las moscas
en toda su belleza,
el exquisito aroma
de la putre/
facción
factible
porque
el colchón toma forma
con toda clase de inmundicia.
Este hombre ríe
ríe
un mucho más que yo
y casi casi
como Dios.
Tal vez la Ley
tal vez alguno
le explique cuanto afecta
su
reposo
indolente
indolente
nuestra
Imagen Corporativa.
Un hombre que es por Dios cero
pudiera enseñarnos más
que todo cuanto se lee
que todo cuanto se dice
sobre
bajo
la condición humana.

HOBBES Y OTROS LOBOS

Según pasan los seg/un/dos
tres
vivir resulta
insulta
tanto,
tantísimo,
es tan
doloroso y más
como que cada minuto es un minuto de menos.
Un día
ya no
soporto más
pero enseguida
me calmo
porque igual
¿qué puedo hacer
sino seguir viviendo,
dejarme ir
en la cor/riente lasitud de la existencia?
Y de eso sólo se trata
se trata sólo de eso y
la falta de una
tres puntos suspensivos
suficiente
repito: suficiente
razón en el vivir
pero también
el muy presente miedo
de la muerte
sí, de la muerte
mordiendo en nuestra carne
el triunfo universal de sus colmillos
a la usanza de Brueghel ¿por qué no?
si es este el único tema
que se teme y que se toma
en serio
y en serie
si ante él, el mismo Padre
el mismísimo Santo Padre
padridece
y no es otro el que transcurre
en el décimo tercer
Arcano y también entre los glúteos
los celulíticos glúteos
de la virgen.
Porque aunque es poco probable
no deja de ser posible
que nuestra mejor amante
fornique con nuestro peor
enemigo
y que nuestro peor enemigo
seamos nosotros mismos.
Ayer ví un perro en la calle
que muy difícilmente
pueda esperar al fin
de la semana
para morir
o sea, me conduelo
pero en verdad no encuentro mucha diferencia
tal vez por eso sea que me conduelo
y no porque sea el hombre el mejor amigo del perro.
Si tuviera más dinero no sería diferente.
Sería sólo más cómodo ir a pie por la calle
a pesar de ser el lobo
de Hobbes
y de otros lobos
la mordida.

LAS PALABRAS

¿Cómo
encontrar las palabras
justas e injustas
más y menos
lo mismo
a la vez
para vertir
sin subvertir
el orden
establecido
sin pervertir
la oreja ajena
sin convertir
la nuestra
en una oreja
ajena?
Ya lo había dicho.
Sí, ya lo había dicho
pero es que no termino nunca de decir
la sensación y siempre queda algo por decir.
Esa angustia esa estangurria verbal no me abandona.
En el comienzo fue el verbo y de él pende, inverso,
el fin
pero es que no termino de vomitar nunca
bilis amarga
con sabor a fresa,
pero es que no termino nunca.
Esa molesta voz que suplantó la mía
es mía ya no es un delirio es un producto a posteriori o sea nada
mi verdadera voz es la mentira el no hay palabras
y lo que viene a ser me mata y lo que viene a ser no importa
una grieta del tamaño
al corazón otra del iris y ninguna pupila
un abismo para caer eternamente
sobre las tablas donde actúo
mi muy pequeña mierda a los demás
y a veces hasta me aplauden.
Es demasiado.
Entre la mía y la de otros
la del resto
resto y quedo con uno:
elijo mi estupidez
y sí, más bien
un problema de grados.
De grado o por la fuerza
degradado
como un general de brigada.
Degradante como el desinfectante
palpitante corazón de cucaracha.
Nada como orinarse en los zapatos
cuando todos te ven
y nada como ser
nombrado
Ministro Plenipotenciario en la muy digna república
del culo
del mundo.
Del lobo
un pelo
un pedo
un palo
y un ya no puedo
más
porque el amor cura del tiempo
porque el amor cura a destiempo
y hay heridas que no cierran ni en falso.
Líbrate de el abastece/
si/miento
que me crezca la nariz, te lo aseguro.
Está de razonamiento empedrado
este camino.
Ya no resbales ya no cuidado ya no correcto
razonamiento inútil ingrato imberbe
razona (miento) siempre
si es que el vivir es sólo un juego
si es que el morir es sólo un juego
también
de palabras.

LOS PIES EN LA TIERRA

El presidente Mao Tse Tung ha dicho:
La verdad es relativa pero la lucha es absoluta.
Yo que no he escrito Mein Kamfp
y tengo un ego de menores proporciones puedo decir que
mi lucha es solamente
mi luchita.
Así, trivial, diminutiva
mi luchita
y que la historia no va a absorberme.
Yo no soy el cordero que quita
los pecados del mundo
gusto de las mujeres y algunas
mujeres
gustan de mí.
Sin ser un astronauta
y mucho menos Neil Armstrong
tengo su misma sensación
cuando declaro
que ahora definitivamente tengo
no ya en la luna sino en la tierra
los pies.
Sin nunca haber vivido en Camelot
he podido observar
día tras día
de mi vida
al Rey Arturo sentado
junto a sus caballeros
en una mesa redonda
redimiendo entuertos
y he podido sentir
como Virgilio
la maldición del agua
por los cuatro costados
el sol que cae
cruel
como el plomo
en la cabeza desnuda
y pedestre.
Porque la tierra es azul
me hace reír
me hace reír
jajaja
mientras me quiebra el sentido
común
el espinazo
y los desastres
de la paz/
ciencia de soportar cada vez más.
Porque el cielo es azul
y tiene un redondel
lo podrías confundir con una grieta
un tragante hacia Dios
una de tantas preguntas
sin respuesta
posible
o al menos pensable.
Porque el mar es un espejo
de impaciencia
me hace llorar
me hace llorar
guahhhh.
Tengo casi casi
la edad de los dinosaurios
pero padezco de una amnesia
totalitaria
oportunista
y oportuna.
No soy el hombre nuevo
tengo derecho a agotarme.
No soy el hombre nuevo
tengo derecho también
a cansarme.
No soy el superhombre
tengo miedo de Dios.
Temo la idea
de un Dios
odioso.
Oh Dios sólo tu sabes
desde que larga distancia
me he arrastrado hasta tu puerta
desde que larga distancia
me dan vértigo las cruces.
Yo no soy el cordero que quita
los pecados del mundo,
ya lo dije.
Yo no soy un príncipe enano
quisiera a veces volver al útero materno
por lo menos allí todo sería subjuntivo,
por lo menos allí
sería el clima más estable.
Pero de tanto no ocurrir finalmente no ocurre
y se aprende a vivir entre personas de carne y sexo.
No sé quiénes son los amigos del pueblo
ignoro como luchan contra los socialdemócratas.
Esto aparte, nada tengo en contra de ellos
mencheviques y bolcheviques
pueden sentarse a mi mesa
si la encuentran.
Querido Vladimir Ulianov
a veces yo tampoco sé qué hacer
y no es un baile de moda cuando doy un paso alante y dos atrás.
Es incomodo vivir una epopeya griega
intentar leer Foucault desde los muros de Troya.
No, la lucha no es absoluta
aunque lo haya afirmado el mismísimo Mao Tse Tung.
Es como decir que sea azul el cielo
sólo por su apariencia
pero claro no se tienen más que los ojos para juzgar.
Hay gente a la que es fácil
decir lo que conviene decir
o lo que les ordenen
gente para las cuales las palabras sólo tienen un valor tan relativo
como la verdad de Mao.
Pero existen otros más
otros que ni siquiera desarrollan un criterio
y afirman que algo es verdad
sólo porque se los dijo el mueble de la sala.
Esos son los imprescindibles
y si no eres como ellos vas a ser muy desgraciado.
A veces tengo pesadillas
pero es erróneo inferir que despierte gritando
sólo por eso
yo
y puesto que el Yo habla debe existir
he visto un viejo
Nuevo
Mundo
morir.
Cierto es que se trata de funerales prolongados
no hay porque incomodarse con la demora
problemas, más bien, de idiosincrasia.
Hay un hombre que trabaja en la calle
un luchador como el presidente Mao Tse Tung.
Es domador de latones
conoce su oficio:
les pone a dar vueltas cerca de él en círculo.
Finalmente obediente
el latón se deposita
a su lado.
Ojalá yo pudiese ser como ese hombre
tomar mi corazón y obligarlo a obedecerme
pero entonces no tendría de que quejarme
y de tanto no ocurrir
pasa que al fin no ocurre
y eso explica que componga de vez en cuando
un poemita.

LA CABEZA EN SU SITIO

Es como/do estarse una pequeña temporada
En el infierno no, sino en el fuego
al rojo
vivo
al rojo
muerto
al rojo sin
complementario
al rojo
totalmente saturado.
Es como/do estarse
sumergido en un baño de María
en el cielo
con cenizas
y diamantes
sin María
ni Juana
sin María repito
ni nada.
Es como/do eso, como ver a los ángeles tocando
gloria a Dios
en cada plaza púbica
en cada hueco de mujer
y sin viernes de ceniza
y sin sábado de gloria
y sin domingo de
resurrección.
Tengo una deuda de gratitud que no he podido
pagar/le a Dios
¿Pero qué puede significar mi modesta blasfemia
mi impotente blasfemia?
Al otro lado de la calle
nos espera la muerte
sí,
ya lo sé
pero lo que no sé muy bien es qué sentido pudiera tener esto
y espero que tú sepas lo que quiero coño
quiero decir
cuando pronuncio todo esto.
Al otro lado de la calle nos espera el Paraíso
y para/íso nos morimos
supongo.
De este lado de la vida nos espera el Purgatorio,
algunos buenos momentos en la cama con alguien
el muy tozudo
esperma/tozoide
que alcanzó
al óvulo
tardío
que
final e infelizmente
le absorbió
para integrarse
en una
muy explosiva
mezcla
para integrarse en una
puerca mezcolanza
para desin/
tegrarse en una un punto más
novísima e impre/
visible
vida
in/so/por/es/ta/ble/ro
de ajedrez donde hasta el Rey
sabe qué puede y qué no puede
hacer es la mejor manera de decir
mierda
cosa sabida y no por eso
lugar común
que es un poco decir
la vieja puta de todos y cada uno de los días y las noches
con su guadaña
pero bien
dis/frazada
en el piso
por el piso
y con el piso
nos sirve para secarnos los pies
y no mojar el baño
por consideración al personal de limpieza
y ella no es mi única mujer
yo soy el hombre de todas las mujeres que no he tenido.
No, ella no es la culpable de la existencia
en tanto que el martillo no es culpable del clavo
que clava
la esclava
aunque se presupongan
pero hasta cuando vamos a estar creyendo
que las cosas en el fondo
quisieran decir más de lo que dicen
no es culpable
de nada
gracias
es sólo
soy sólo
un instrumento de Dios
es sólo
un buen lamento del mal Dios
es solo y
sólo llega hasta el óvulo
y sin pensarlo dos veces
se suicida.
Hay un poco de muerte en cada gesto de existir
y ¿por qué no? desistir.
Sin la debida genuflexión
blasfemo
Dios
es un sádico
viejo
verde
cabelludo
contándonos
y repitiéndonos
la historia de su grandeza
y como se sentó a descansar el domingo
rojo
vivo
rojo
muerto
rojo sin
complementario
rojo
totalmente saturado
a volcar su halitosis
encima nuestro.
Y afrontémoslo
no sólo nos creó
sino también
nos puso
dentro del pecho
este deseo de vivir
que nos impide
aceptar que nos morimos
inevitablemente
y es ésta la razón de que hasta las ballenas se suiciden
pero nunca los pendejos que somos
colocados
de mala gana
de muy mala gana
al extremo superior delantero
de la crica de Dios
sentados a la mesa de un bar
fumando bebiendo debatiendo/
nos
en tragedias de menor intensidad
sin decidirnos
y brindando
siempre brindando con la culpa de nuestro padre
Adán y echando
en cada vaso
unos
cubitos de hielo, si,
ya lo sé.
A veces la bebida me hace daño.