LEJOS DEL EDÉN
Si, como el Génesis cuenta,
fuimos un día creados
hombre y mujer, expulsados
del jardín como una afrenta;
la Biblia así lo comenta,
aunque es preciso aportar
que, reinventando el amar,
a aquel Edén retornamos
cuando, uno al otro, nos damos
razón para respirar.
Paradoja donde el dar
es recibir a la vez,
donde morir al revés
simula un resucitar,
perderse para encontrar
tan simple y supremo bien
que se articula en el quién
más que en el cómo y el cuándo,
gerundio de amar, amando
cerca y lejos del Edén.