Monday, April 22, 2013

MADE IN CUBA


Textos escritos a partir de algún momento en los años ‘90 del siglo pasado y de esa fecha hasta el invierno de 2004.

HABANIDADES

Habanidad de habanidades
todo es vanidad
y todo se desvanece
excepto ella
la ciudad, que perdura
y el tiempo,
siempre el tiempo.
La ciudad tiene un muro
similar a otros muros
pero un poco más discreto.
Al otro lado el mar
un cementerio azul e inmenso
como azul es el cielo
como azul es la esperanza
ay, perdón, me equivoqué
la esperanza es casi verde.
La ciudad lleva a Dios sobre sus hombros
y de noche abre sus piernas
al que mejor le pague
la ciudad tiene extranjeros
que caminan despacio y tiran fotos.
Ellos cuentan cómo es el mundo fuera
y si logras viajar puedes contarlo también
y caminar despacio y, por supuesto,
tirar fotos.
La ciudad tiene moscas
la ciudad tiene mosquitos
pero las moscas sólo acosan al turista
los mosquitos, en cambio, son muy poco selectivos.
A las moscas las multa el policía,
al mosquito lo extermina
el ejercito del humo.
Cuando pienso que toda mi existencia
ha girado y gira en torno a este
pedazo de concreto que limita la ciudad
y aparece en las postales
me pregunto si es que puede
existir algo más hermoso.

INFANCIA I

Entonces
mi casa era la casa de todos,
la sociedad de todos me lo daba
todo
me lo daban también mis padres
y yo ignoraba
todo
lo demás vino después
cuando la vida comenzó a contener violencia,
sexo,
y lenguaje de adultos.

INFANCIA II

Será porque nací
dos años después de la Gran Zafra
y porque los Van Van no fueron
tengo una gran experiencia sobre causas perdidas.
Tengo una parte básica del cerebro
tengo una parte no básica del cerebro
tengo una parte dirigida del cerebro
un corazón con forma de Matriuska
un sexo modelado por el Dr. Schnabl.
Fui educado por Rumsay y Mazenka en el bosque
pero no soy un pariente del que cabalga a Palmiche
el ogro de mi infancia fue la sierpe imperialista
y hasta me sentí culpable de no morir en la guerrilla.
En el país de la infancia
estaba científicamente demostrado el progreso
y la religión era el opio de los pueblos.
Orejitas a cuadro explicaba el revisionismo
y yo sentía temor a desviarme del camino.
Tio Stiopa cuidaba el orden público
un futuro luminoso y de cartón reciclado  me esperaba.
Será porque confundo Das Kapital con el antílope dorado
o porque la realidad no es como la enseñaban
los camaradas Rosental y Ludin
da vértigo pensar en esos años felices.
A ese país de la infancia
ese y no otro es mi país, bien lo conoces...
su gran capital se llama... ya no puedo regresar y tampoco salir.
Cerró la puerta el malvado Artajá
y sólo él la abrirá de nuevo.

ROLLING OVER BUKOWSKI

Todas las mujeres
todos sus besos
los diferentes modos
en que se vienen y se van
en que te atan a su sexo
o mejor, en que se atan a tu mismísimo
sexo y no te dejan
o te lo dejan enredado con un nudo de corbata.
Era uno de esos lugares
que abren aún de madrugada.
Yo estaba desvelado
y fui a sentarme alli sólo a tomar
y fui a sentarme alli a tomar solo
como un perro
que no resiste esperar a que amanezca,
alejado de las luces y del ruido
y solo,
abandonado hasta por las pulgas.
Ponían una canción de Enrique Iglesias
ya podrán imaginarse de qué clase
de lugar se trata.
La imagen de un tipo solo
tomando
solo
en un lugar así
supongo que no dejaba
de ser patética
y había
también
una negra
gorda como el tonel
de Díogenes
bailaba algo borracha con dos negros más negros
que la maldad
y
se acercó de pronto hasta mi mesa
quería venderme pomada china.
No sé como ella puede haber imaginado que yo buscaba
pomada china
precisamente
pero se acercó a venderme eso precisamente: pomada china
es bueno para el dolor
–me dijo–
de cabeza
y si te duele el alma
te lo frotas sobre el pecho
y se indicó con el dedo
un punto vago
algo a la izquierda
de sus voluminosas
tetas.
¿Te dejaron? –preguntó
no te preocupes, chino
que ya aparece otra
y es verdad
siempre aparece otra
y tal vez eso
sea lo peor
pero eso no lo dije.
En realidad no dije
nada.
Ella tomó el billete y lo introdujo
presillandolo
con sus voluminosas
tetas.
No me ha hecho efecto
pero aún
de vez en cuando
me froto
un poco de pomada
china
sobre la izquierda
en el pecho.

16 AÑOS

Nunca había visto
un coño
abierto
delante de mis ojos.
Por supuesto, conocía los manuales
de Alemania democrática,
interpretaba manualmente alguna
que otra película
de los cines y también
¿por qué no confesarlo?
había tenido mis juegos de manos
pero nunca fui un tipo de suerte
con las muchachas de uniforme adolescencia,
no soy bueno para convencer a nadie
y para colmo era también
un cabrón adolescente
patético
y sin sentido del humor.
Mi padre
era un cuadro del Partido.
Mi madre
era un cuadro del Partido
y yo pintaba cuadros
en la escuela de arte
(centros procesadores que embotellan
el alma incipiente
de los grandes maestros del futuro).
Entonces llegó ella
modelo de la escuela donde yo pintaba cuadros:
cuadro clínico:
Dios mío, era brutalmente hermosa
boca de puta
ojos de cierva
los pechos duros
la grupa inmensa
y el sexo parecido al de los manuales, es decir,
si es que entendemos
la furtiva relación que se establece
entre el ojo del estudiante y la modelo
colocada
a la prudente distancia
de varios metros.
Pienso que todos la deseaban
era, repito, brutalmente hermosa.
Bueno, debo agregar que yo escribía poemas
y reciclaba ese bolo
alimenticio no totalmente digerido
donde podía notarse
a simple vista
algo de Silvio
algo del viejo Nicolás
sin songoros ni cosongos
y Roque y los demás
Nogueras y Nazim
Hikmet.
Uno es más o menos lo que escucha
o lee
y yo dejaba
saber a otros
(tal vez a demasiada gente)
que yo escribía
y qué cosa escribía.
No sé de qué manera ella lo supo
y leyó aquellos poemas que,
más tarde y escrupulosamente,
eliminé.
Pero entonces
y todavía
estaba ella
parada frente a mí.
Me gusta mucho lo que escribes, dijo,
habló de madurez
y se asombró de mi edad.
Pienso que ella tendría
10 más no menos e infiero
que llamaba madurez
a mi afectada
apropiación de axiomas
induzco
que mi modestia prestada
me habrá impedido responder excepto
alguna estúpida frase
estúpidamente inteligente
y colgada
de sus pezones
duros, pétreos, reventando
bajo la bata del receso,
a veces
volvimos a coincidir sin mayores consecuencias
en ese mismo horario,
en ese mismo banco entre los
turnos
hasta esa tarde
en que me dijo algo
tan
soberanamente ridículo como
“me gustaría
amarte”
y yo respondí como un hombre maduro,
es decir,
no dije nada
a esa mujer
sentada frente a mí
boca de puta
ojos de cierva
los pechos duros
la grupa inmensa.
Sonó el timbre
y ya no tuve más calma que la aparente
y ya no tuve más concentración
y ya no pude ser profesional.
Afortunadamente terminó el último de aquellos
turnos.
y yo la acompañé hasta cerca de su casa
como ese hombre maduro
que, por supuesto, no era.
No palabras
no explicaciones
no nada
solamente un beso cerca de los labios
en esa esquina en que decidió seguir sola.
Te espero, dijo,
mañana
y no sé bien cómo pude
dormir hasta mañana.
Cuando llegué a su puerta
cuando me abrió su puerta
cuando me hizo entrar allí, más allá de su puerta
su ropa, de pronto, no estaba más sobre su cuerpo
su cuerpo, de pronto, no estaba más
erguido sobre sus pies
junto a la puerta
sino sobre su cama, tendido
como la tierra que espera por la lluvia
abierto
como un animal salvaje.
Entonces
lo pude ver bien,
entonces
vi sus fauces
vi la bestia esperando
sonriendo un poco antes de engullirme
como a Jonás como a Pinocho
labios
hermanos de otros labios
y alrededor el bosque
el incipiente lobo
el hombre viejo el hombre nuevo
el hombre verde
el hombre maduro
el hombre podrido
siempre el hombre
y el
abismo al centro, casi húmedo
y totalmente cálido
tirando de mí
con todas sus benditas
fuerzas.
Cuando todo acabó
tomamos un café
prendió un cigarro
para los dos
y a mí me traicionó
la tos, el humo
fue más honesto que el escri/
(v)(b)ano todo, excepto
su coño para siempre en mi cabeza
y en otros coños próximos lejanos combates
mujeres.
¿Es tu primera vez? –ella no pudo no preguntar
y el café estaba amargo, quiero decir: amargo
sí –no pude yo
no responder
y no volvimos nunca a vernos
ya no volvió a posar
desnuda
y aséptica
ya no volvió a pasar
desnuda
y ardiendo
ya no volvió a pesar
sino el olvido
fútil, fatal un poco
y deslizó palabras
el absurdo consuelo de una,
de otra,
cita imposible.
Era
su turno de mentir y se vestía
se reciclaba, se ajustaba
el maquillaje
frente a mí
boca de puta
ojos de cierva
los pechos duros
la grupa inmensa.

MI PADRE

Cuando mi padre se fue del país
yo no le acompañé al aeropuerto.
Es difícil que a alguien aquí
le gusten los aeropuertos.
Resultan una experiencia más bien traumática:
son como huecos negros
por los que ves desaparecer a la gente que quieres.
Mi padre no era la excepción.
Cuando mi padre era un adolescente
tuvo una revelación compartida por miles de personas
y se entregó por entero
a un Dios extraño.
Ese Dios
no le ofrecía al creyente la felicidad futura
sino la de sus hijos y mi padre dijo a Dios:
sí, te doy mi vida. Ojalá sirva de algo.
Cuando mi padre se hizo viejo
entendió que sin duda había entendido mal
lo que Dios había dicho
pero ya no tenía tiempo
para volver a oír
a Dios.
Cuando mi padre se fue del país
yo no le acompañé al aeropuerto.

ESPERANDO EL CICLóN

Con los ojos apuntalando el techo
donde asoman las grietas
que aprovecha el enemigo,
con la cíclica angustia de cada año
espero la llegada del ciclón de turno.
Nadie sabe qué encontraremos cuando termine la función,
cuando restauren la luz
o, simplemente, amanezca.
El teléfono no funciona y Dios está muy lejos,
son volubles los elementos, realizaran su obra.
Lo único deseable es que terminen pronto.

LA RESACA

No basta con decirle
“por favor, desaparece”.
El recuerdo es un animal salvaje.
Se quedará, oculto en la hierba, agazapado,
inocuo en apariencia pero vivo,
esperando sin prisa, cauteloso,
el momento oportuno de saltar sobre tu espalda.
Es por eso que tienes que enfrentarlo y vencerlo,
es por eso que el recuerdo debes domarlo a pulso.
No resultan con él, el apaciguamiento,
el “acompañe al señor hasta la puerta”,
el “ya sabe donde nos tiene, adiós, buen viaje”.
No basta acostarse con otra mujer
para olvidar a ésta.
De hecho
si lo que se recuerda
no son los genitales en sí
o detalles topográficos del terreno
sino más bien ese juego de máscaras
y desnudeces posibles
(nombre de Dios)
en que te has visto involucrado
con alguien,
una mujer por otra parte
insignificante,
si tenemos en cuenta el porcentaje que ocupa
el sexo débil en el total de la población humana
es probable que el efecto sea, más bien,
contraproducente.
Es probable que esa abnegada
compañera que trabaja
en que te vengas como un perro
y por quien sientes un afecto casi fraternal
teniendo en cuenta todo lo que hace
por ayudar a que tú,
su pobre amante,
eyacules asidua y felizmente
no pueda evitar preguntarte,
gracias a un fino
olfato de mujer
¿qué pasa? o ¿en qué estás pensando?
y tendrás que aceptar
si no quieres mentir
y tendrás que callar
si no quieres perderle,
si no quieres
prescindir de sus servicios
que se trata
de esa otra mujer
a quien importas un comino
tal vez o un poco menos,
que se trata
de esa otra mujer
que está en tu cuerpo
como alcohol residual, que destilan tus poros
como alcohol residual, que se obstina en no
desaparecer, repito,
como alcohol residual,
y permanece
resaca recuerdo residuo que sigue
a la fiesta
de los sentidos.

MACHISMO Y EMPIRIOCRITICISMO

La experiencia que sacas
de los errores cometidos
con la última mujer
no siempre
te sirve para evitar
equivocarte
una próxima
vez.
Posiblemente, incluso,
lo que fue en una ocasión
un algoritmo correcto
no lo sea más que en un caso
determinado.
Son poliedros incomprensibles
las mujeres.
Pueden volverte loco
si no logras asumir
una volubilidad casi geométrica
para tratar con ellas.
No hay metodología
para abordar este problema,
no hay recetas de cocina.
Cada mujer es un enigma diferente,
cada mujer es una esfinge,
cada mujer presupone un pie torcido.

PEDIGREE

El padre de mi abuelo,
el alférez del ejercito libertador
Pedro Montalvan Lezcano,
se negó a aceptar el dinero del licenciamiento
argumentando que no había
ido a la guerra por dinero.
A diferencia de lo que hubiera hecho
el coronel de muñequitos Elpidio Juan Padrón
se entregó a la bebida
hasta morir alcohólicamente
dejando sobre la madre de mi abuelo
el peso de criar dos huérfanos de mambí
y la memoria de un entierro
auspiciado por el Centro de Veteranos.
Mi abuelo por su parte
trabajó toda su vida para salir de la pobreza
y logró  hacerse de un negocio y, por ende, del dinero
necesario para evitar
estrecheces y tener
una vejez confortable
pero algo estaba pasando mientras tanto
y llegó aquel fatídico 1968
y con él, la intervención
de todos los negocios particulares
por supuesto, a nadie le gusta
ser privado de lo suyo
¿pero qué puede argumentar
un pequeño comerciante
y de qué puede servir
si todos parecen estar de acuerdo
en que resulta estrictamente necesario
para que todos vivan mejor
que lo de uno sea de todos,
es decir, del Estado?
Mi abuelo pertenece a eso que llaman ahora
eufemísticamente
“sectores vulnerables de nuestra sociedad”.
Mi madre pudo haber seguido los consejos
de colarse en una casa abandonada por sus dueños,
burgueses reticentes,
burgueses vencidos,
burgueses “no me dan pena”,
burgueses o simplemente traidores
en esa época en que había
suficientes despojos a repartir
y además no hubiera sido mal visto
tratándose de una mujer revolucionaria
con un hijo comecandela creciéndole en el vientre
pero ella tampoco pensaba
que la revolución se hubiera hecho para eso
y optó cándidamente
por una casa declarada inhabitable
hace una buena cantidad de años.
Su caso debe haber sido comidilla
de cuanto burocrata hijoeputa
haya leído las múltiples solicitudes que cursó
a las instancias pertinentes
pero claro, siempre hay alguien que está peor,
compañera, no se preocupe su caso
encontrará una solución el día
en que lleguemos al comunismo.
Pertenezco a una estirpe de perdedores,
profesionales del error, clásicos tontos
que se creyeron el cuento
con que un día los durmieron
y despertaron orinados en la cama.
Nadie quedará desamparado,
lo oigo todo el tiempo,
me río a veces.
Sí, un mundo mejor es posible
pero, evidentemente, hay que adaptarse al que existe.
Genéticamente, el optimismo
tiene muy poco que ver conmigo.

LO IMPONDERABLE

Se abate sobre nosotros
lo imponderable.
Tal vez quiten la luz
tal vez se jodan los alimentos en el “frio”
tal vez el apagón te despingue electrodomésticamente
tal vez retransmitan ese programa por todos los canales
tal vez suban los precios otra vez
tal vez el dólar baje
tal vez desaparezca
tal vez quiten el gas
tal vez quiten el agua
tal vez deje de funcionar el teléfono
tal vez no haya transporte
tal vez no haya esa medicina en la farmacia
tal vez no haya trabajo, tal vez sea feriado
tal vez el pan de hoy lo den mañana
tal vez un inspector te deje sin sustento
¿a quién puedes quejarte cuando la vida
dista tanto de ser normal?
¿a quién puedes reprocharle que el concepto rutina
no sea un algo para romper sino más bien un algo
para reconstruir?
nada que hacer, es la otra cara
de tantas gratuidades
y el que vive de favor
poco puede reclamar.
Puedes darle un barniz
pero en esencia se trata de eso.
Mira a los locos,
mira a esos tipos que inundan las calles
interactuando con un otro invisible,
hablando con un otro invisible,
vociferando en voz baja
cosas impublicables.
Pregúntate
si no serán
acaso
las víctimas anónimas
de lo imponderable.

UNA BASURA EN EL OJO

Un hombre que es por dios cero
Un hombre que es por dios cer
Un hombre que es por dios ce
Un hombre que es por dios c
Un hombre que es por dios
Un hombre
sumergido
subcutáneo
subyacente
sucio
y sobre todo acostado
y sobre nada acosado.
Un hombre feliz
un hombre
horizontal y feliz
riendo
mu/riendo
sin agonías existen/
tras/cia/Zen/den/ta/les
sobre un deposito de mierda
sobre un deposito, es decir,
de basura
Servicios Comunales
higiene citadina.
Feliz ¿qué duda cabe?
¿Qué duda puede
caber, si es que se ríe?
como no cabe su cuerpo
que se desborda
que se desborda
que se desborda.
Un deposito
es un lecho confortable
sobre todo si estás mal de la cabeza
sobre todo si estás bien
y se te importa
un carajo lo que diga
la insensible humanidad
de los desechos
desechables
que no aprecia
las moscas
en toda su belleza,
el exquisito aroma
de la putre/
facción
factible
porque
el colchón toma forma
con toda clase de inmundicia.
Este hombre ríe
ríe
un mucho más que yo
y casi casi
como Dios.
Tal vez la Ley
tal vez alguno
le explique cuanto afecta
su
reposo
indolente
indolente
nuestra
Imagen Corporativa.
Un hombre que es por Dios cero
pudiera enseñarnos más
que todo cuanto se lee
que todo cuanto se dice
sobre
bajo
la condición humana.

HOBBES Y OTROS LOBOS

Según pasan los seg/un/dos
tres
vivir resulta
insulta
tanto,
tantísimo,
es tan
doloroso y más
como que cada minuto es un minuto de menos.
Un día
ya no
soporto más
pero enseguida
me calmo
porque igual
¿qué puedo hacer
sino seguir viviendo,
dejarme ir
en la cor/riente lasitud de la existencia?
Y de eso sólo se trata
se trata sólo de eso y
la falta de una
tres puntos suspensivos
suficiente
repito: suficiente
razón en el vivir
pero también
el muy presente miedo
de la muerte
sí, de la muerte
mordiendo en nuestra carne
el triunfo universal de sus colmillos
a la usanza de Brueghel ¿por qué no?
si es este el único tema
que se teme y que se toma
en serio
y en serie
si ante él, el mismo Padre
el mismísimo Santo Padre
padridece
y no es otro el que transcurre
en el décimo tercer
Arcano y también entre los glúteos
los celulíticos glúteos
de la virgen.
Porque aunque es poco probable
no deja de ser posible
que nuestra mejor amante
fornique con nuestro peor
enemigo
y que nuestro peor enemigo
seamos nosotros mismos.
Ayer ví un perro en la calle
que muy difícilmente
pueda esperar al fin
de la semana
para morir
o sea, me conduelo
pero en verdad no encuentro mucha diferencia
tal vez por eso sea que me conduelo
y no porque sea el hombre el mejor amigo del perro.
Si tuviera más dinero no sería diferente.
Sería sólo más cómodo ir a pie por la calle
a pesar de ser el lobo
de Hobbes
y de otros lobos
la mordida.

LAS PALABRAS

¿Cómo
encontrar las palabras
justas e injustas
más y menos
lo mismo
a la vez
para vertir
sin subvertir
el orden
establecido
sin pervertir
la oreja ajena
sin convertir
la nuestra
en una oreja
ajena?
Ya lo había dicho.
Sí, ya lo había dicho
pero es que no termino nunca de decir
la sensación y siempre queda algo por decir.
Esa angustia esa estangurria verbal no me abandona.
En el comienzo fue el verbo y de él pende, inverso,
el fin
pero es que no termino de vomitar nunca
bilis amarga
con sabor a fresa,
pero es que no termino nunca.
Esa molesta voz que suplantó la mía
es mía ya no es un delirio es un producto a posteriori o sea nada
mi verdadera voz es la mentira el no hay palabras
y lo que viene a ser me mata y lo que viene a ser no importa
una grieta del tamaño
al corazón otra del iris y ninguna pupila
un abismo para caer eternamente
sobre las tablas donde actúo
mi muy pequeña mierda a los demás
y a veces hasta me aplauden.
Es demasiado.
Entre la mía y la de otros
la del resto
resto y quedo con uno:
elijo mi estupidez
y sí, más bien
un problema de grados.
De grado o por la fuerza
degradado
como un general de brigada.
Degradante como el desinfectante
palpitante corazón de cucaracha.
Nada como orinarse en los zapatos
cuando todos te ven
y nada como ser
nombrado
Ministro Plenipotenciario en la muy digna república
del culo
del mundo.
Del lobo
un pelo
un pedo
un palo
y un ya no puedo
más
porque el amor cura del tiempo
porque el amor cura a destiempo
y hay heridas que no cierran ni en falso.
Líbrate de el abastece/
si/miento
que me crezca la nariz, te lo aseguro.
Está de razonamiento empedrado
este camino.
Ya no resbales ya no cuidado ya no correcto
razonamiento inútil ingrato imberbe
razona (miento) siempre
si es que el vivir es sólo un juego
si es que el morir es sólo un juego
también
de palabras.

LOS PIES EN LA TIERRA

El presidente Mao Tse Tung ha dicho:
La verdad es relativa pero la lucha es absoluta.
Yo que no he escrito Mein Kamfp
y tengo un ego de menores proporciones puedo decir que
mi lucha es solamente
mi luchita.
Así, trivial, diminutiva
mi luchita
y que la historia no va a absorberme.
Yo no soy el cordero que quita
los pecados del mundo
gusto de las mujeres y algunas
mujeres
gustan de mí.
Sin ser un astronauta
y mucho menos Neil Armstrong
tengo su misma sensación
cuando declaro
que ahora definitivamente tengo
no ya en la luna sino en la tierra
los pies.
Sin nunca haber vivido en Camelot
he podido observar
día tras día
de mi vida
al Rey Arturo sentado
junto a sus caballeros
en una mesa redonda
redimiendo entuertos
y he podido sentir
como Virgilio
la maldición del agua
por los cuatro costados
el sol que cae
cruel
como el plomo
en la cabeza desnuda
y pedestre.
Porque la tierra es azul
me hace reír
me hace reír
jajaja
mientras me quiebra el sentido
común
el espinazo
y los desastres
de la paz/
ciencia de soportar cada vez más.
Porque el cielo es azul
y tiene un redondel
lo podrías confundir con una grieta
un tragante hacia Dios
una de tantas preguntas
sin respuesta
posible
o al menos pensable.
Porque el mar es un espejo
de impaciencia
me hace llorar
me hace llorar
guahhhh.
Tengo casi casi
la edad de los dinosaurios
pero padezco de una amnesia
totalitaria
oportunista
y oportuna.
No soy el hombre nuevo
tengo derecho a agotarme.
No soy el hombre nuevo
tengo derecho también
a cansarme.
No soy el superhombre
tengo miedo de Dios.
Temo la idea
de un Dios
odioso.
Oh Dios sólo tu sabes
desde que larga distancia
me he arrastrado hasta tu puerta
desde que larga distancia
me dan vértigo las cruces.
Yo no soy el cordero que quita
los pecados del mundo,
ya lo dije.
Yo no soy un príncipe enano
quisiera a veces volver al útero materno
por lo menos allí todo sería subjuntivo,
por lo menos allí
sería el clima más estable.
Pero de tanto no ocurrir finalmente no ocurre
y se aprende a vivir entre personas de carne y sexo.
No sé quiénes son los amigos del pueblo
ignoro como luchan contra los socialdemócratas.
Esto aparte, nada tengo en contra de ellos
mencheviques y bolcheviques
pueden sentarse a mi mesa
si la encuentran.
Querido Vladimir Ulianov
a veces yo tampoco sé qué hacer
y no es un baile de moda cuando doy un paso alante y dos atrás.
Es incomodo vivir una epopeya griega
intentar leer Foucault desde los muros de Troya.
No, la lucha no es absoluta
aunque lo haya afirmado el mismísimo Mao Tse Tung.
Es como decir que sea azul el cielo
sólo por su apariencia
pero claro no se tienen más que los ojos para juzgar.
Hay gente a la que es fácil
decir lo que conviene decir
o lo que les ordenen
gente para las cuales las palabras sólo tienen un valor tan relativo
como la verdad de Mao.
Pero existen otros más
otros que ni siquiera desarrollan un criterio
y afirman que algo es verdad
sólo porque se los dijo el mueble de la sala.
Esos son los imprescindibles
y si no eres como ellos vas a ser muy desgraciado.
A veces tengo pesadillas
pero es erróneo inferir que despierte gritando
sólo por eso
yo
y puesto que el Yo habla debe existir
he visto un viejo
Nuevo
Mundo
morir.
Cierto es que se trata de funerales prolongados
no hay porque incomodarse con la demora
problemas, más bien, de idiosincrasia.
Hay un hombre que trabaja en la calle
un luchador como el presidente Mao Tse Tung.
Es domador de latones
conoce su oficio:
les pone a dar vueltas cerca de él en círculo.
Finalmente obediente
el latón se deposita
a su lado.
Ojalá yo pudiese ser como ese hombre
tomar mi corazón y obligarlo a obedecerme
pero entonces no tendría de que quejarme
y de tanto no ocurrir
pasa que al fin no ocurre
y eso explica que componga de vez en cuando
un poemita.

LA CABEZA EN SU SITIO

Es como/do estarse una pequeña temporada
En el infierno no, sino en el fuego
al rojo
vivo
al rojo
muerto
al rojo sin
complementario
al rojo
totalmente saturado.
Es como/do estarse
sumergido en un baño de María
en el cielo
con cenizas
y diamantes
sin María
ni Juana
sin María repito
ni nada.
Es como/do eso, como ver a los ángeles tocando
gloria a Dios
en cada plaza púbica
en cada hueco de mujer
y sin viernes de ceniza
y sin sábado de gloria
y sin domingo de
resurrección.
Tengo una deuda de gratitud que no he podido
pagar/le a Dios
¿Pero qué puede significar mi modesta blasfemia
mi impotente blasfemia?
Al otro lado de la calle
nos espera la muerte
sí,
ya lo sé
pero lo que no sé muy bien es qué sentido pudiera tener esto
y espero que tú sepas lo que quiero coño
quiero decir
cuando pronuncio todo esto.
Al otro lado de la calle nos espera el Paraíso
y para/íso nos morimos
supongo.
De este lado de la vida nos espera el Purgatorio,
algunos buenos momentos en la cama con alguien
el muy tozudo
esperma/tozoide
que alcanzó
al óvulo
tardío
que
final e infelizmente
le absorbió
para integrarse
en una
muy explosiva
mezcla
para integrarse en una
puerca mezcolanza
para desin/
tegrarse en una un punto más
novísima e impre/
visible
vida
in/so/por/es/ta/ble/ro
de ajedrez donde hasta el Rey
sabe qué puede y qué no puede
hacer es la mejor manera de decir
mierda
cosa sabida y no por eso
lugar común
que es un poco decir
la vieja puta de todos y cada uno de los días y las noches
con su guadaña
pero bien
dis/frazada
en el piso
por el piso
y con el piso
nos sirve para secarnos los pies
y no mojar el baño
por consideración al personal de limpieza
y ella no es mi única mujer
yo soy el hombre de todas las mujeres que no he tenido.
No, ella no es la culpable de la existencia
en tanto que el martillo no es culpable del clavo
que clava
la esclava
aunque se presupongan
pero hasta cuando vamos a estar creyendo
que las cosas en el fondo
quisieran decir más de lo que dicen
no es culpable
de nada
gracias
es sólo
soy sólo
un instrumento de Dios
es sólo
un buen lamento del mal Dios
es solo y
sólo llega hasta el óvulo
y sin pensarlo dos veces
se suicida.
Hay un poco de muerte en cada gesto de existir
y ¿por qué no? desistir.
Sin la debida genuflexión
blasfemo
Dios
es un sádico
viejo
verde
cabelludo
contándonos
y repitiéndonos
la historia de su grandeza
y como se sentó a descansar el domingo
rojo
vivo
rojo
muerto
rojo sin
complementario
rojo
totalmente saturado
a volcar su halitosis
encima nuestro.
Y afrontémoslo
no sólo nos creó
sino también
nos puso
dentro del pecho
este deseo de vivir
que nos impide
aceptar que nos morimos
inevitablemente
y es ésta la razón de que hasta las ballenas se suiciden
pero nunca los pendejos que somos
colocados
de mala gana
de muy mala gana
al extremo superior delantero
de la crica de Dios
sentados a la mesa de un bar
fumando bebiendo debatiendo/
nos
en tragedias de menor intensidad
sin decidirnos
y brindando
siempre brindando con la culpa de nuestro padre
Adán y echando
en cada vaso
unos
cubitos de hielo, si,
ya lo sé.
A veces la bebida me hace daño.

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