Monday, April 22, 2013

MADE IN SPAIN


Textos escritos entre el verano de 2011 (fecha de mi primera visita a España), veranos de 2012 y 2013.

HIJA

Ella
se aferra a mi meñique
con toda la fuerza de la vida.
Era más pequeña aún
y un día será tan grande
como yo.
Un día tendrá a su vez
cinco deditos aferrándose al menor
de los suyos.
Es eso lo que llaman
“preservación de la especie”.

MADRE

Ella
siempre decía
algo así como
“al analizar a alguien
debes ver las cosas malas
pero también las cosas buenas”.
En fin, pudo haber sido al revés.
La realidad es bien caprichosa.
Llegaba
a ser desesperante
en su terca voluntad de comprender a los otros
y esto, sin importar cuanto le hiciesen daño.
Tenía
un sentido
exacerbado de la justicia.
Era
alguien
demasiado bondadoso
para poder ser feliz
de una manera sostenible.
Tuvimos
innumerables
discusiones al respecto.
Al terminar
ambos salíamos pensando exactamente
lo que pensábamos antes.
Tal vez no.
Hay medicinas cuyo efecto
sólo puede sentirse
con el paso del tiempo.
Gracias a ella
no soy, ni aspiro a ser
lo que hubiera definido
como un hijo de puta.
Algo de sus paradigmas
se quedó a regañadientes.
Cuando intento ser justo,
alcanzo a comprenderlo.
Ella persiste de algún modo,
puedo sentir su presencia
y eso no deja de asombrarme.

¡Qué regalo más grande
me dejaste, madre!

Hoy te encuentras
quien sabe cuántos metros
bajo tierra.
La casa donde habitamos
ya no es más nuestra casa.
Tus libros no son más
tus libros y los míos
fueron quedando
extraviados
en cada nueva
migración.

¿Cómo podré transmitir
a mi pequeña hija
esa bondad tan tuya?
¿Cómo podré explicarle
que ser justo
siempre tendrá sentido?

CINCUENTA Y NUEVE

Dios me golpeó
con su poderosa mano
hasta hacerme caer
y con esa misma mano
me levantó del suelo.
Así lo habría dicho
si alguien me hubiese
preguntado
por lo que sentía mi alma
esos días que se fueron
entre la muerte de mi madre
y el nacimiento de mi hija.

Cincuenta y nueve días con sus noches.

En la más espantosa soledad,
mamá dejó el reino de los vivos.
No pude estar a su lado.
No pude escuchar sus últimas palabras.
No sé visualizar ese momento,
esa broma de mal gusto
tan brutalmente real.
Aún si yo hubiese
logrado reunir
aquel dinero
el suficiente
para ir y volver
de nuestra isla común
(aún entonces)
una absurda circunstancia legal
me habría impedido hacerlo.
A veces
creo que nada de eso pasó.
Posiblemente deba
esperar a ver su tumba
para entender
de una vez y por todas
la exacta dimensión
de la palabra muerte.

Mientras tanto,
disimulo mi duelo.
Intento canalizar
mi legítimo rencor
de una manera positiva.

Cuando mi hija ríe
(y esto lo hace a menudo)
me basta para entender
de una vez y por todas
la exacta dimensión
de la palabra vida.

ESPAÑA ADENTRO

Dijiste:
los olivos
tardan en crecer
el tiempo
de una vida humana.
Es por eso que al sembrarlos
no se siembra para uno
sino para los hijos que vendrán.

Esas palabras tuyas
y tú misma, al pronunciarlas
me resultaban extrañamente familiares
aunque nunca antes te había visto
y aunque nunca hasta ese día,
en el camino hacia tu pueblo,
había visto un olivar.

Allí,
donde cantabas canciones
mientras yo te observaba,
feliz
de un modo absoluto
por haberte encontrado,
por haberme perdido
en cada tramo de tu piel
y naufragado en cada hondura,
y triste
de un modo igual absoluto
por el deber de regresar adonde
los papeles legales
me confinaban,
imaginé un hijo tuyo
y mío,
correteando,
deslizándose, imagen
de un futuro
perfectamente tangible
en mi cabeza.

EN UN LUGAR DE GALICIA

Hubiera sido suficiente
una foto junto al nombre
de esa aldea,
en la Galicia profunda,
donde mi bisabuelo,
el padre
de la madre
de mi madre,
vió la luz.
En verdad
no era mi sueño,
sino el sueño de ella
el que cumplí
al visitar ese lugar
buscando algún indicio
de su segundo apellido.

Allá por 1911
mi bisabuelo, dejó su aldea,
y tomó un barco sin retorno
a las Américas.
En ese entonces, Cuba
era un país para inmigrantes.
Las últimas noticias
que él tuvo de sus padres
se remontaban al año 36.
Murió a los 100 años
dejando una familia numerosa
para quien la Madre Patria
era un recuerdo del anciano
y una metáfora en los libros de texto.
Encontrar a personas
familiares de tu sangre
al otro lado del océano
es una circunstancia ciertamente especial.
Que esas personas te reciban
con afecto y además
te muestren esa casa
donde nació
el hermano de sus padres
es una circunstancia más especial aún.
Yo que tengo
más que certezas, dudas
debo confiar en la emoción
que me provoca la piedra.
Cuando entré en esa casa
no tardé en reconocer el viejo molde
desde el cual él concibió su casa en Cuba,
la mismísima casa donde nació mi abuela
donde mi madre de niña pasaba las tardes
y donde me iría yo
de vacaciones
cada verano.
Esta casa y aquella
equidistantes en el mapa
trazado por el tiempo
en la memoria afectiva.

Revisitando el concepto de Patria,
las preguntas,
una vez respondidas,
presuponen
más preguntas.

HERACLITROPICALIS

No fue una
sino muchas veces
esas que fantaseé
con la idea
de volver.

Nací, crecí, viví
en una isla del trópico de cáncer.

Allí,
donde el tiempo
se negaba a transcurrir
y era siempre un futuro del modo subjuntivo
dejé una parte de mí
para buscarla luego.

Regresé en ocasiones:
no encontré lo que buscaba
en ninguno de los casos.

Una vez más sobre Heraclito,
nunca volvemos a entrar
al mismo rio.

Patria puede tener
las dimensiones de un sarcófago.
También puede tener
las dimensiones de una cuna.

ESTADO DE BIENESTAR

El sistema esto.
El sistema lo otro.
El sistema aquello
y eso de más allá.

Mientras zampan
su pinchito
intentan discernir
de dónde viene la crisis.
El estado de bienestar
ya no funciona, dicen.
Sólo me falta por oír
un discurso de Mahou.

En medio de un pesimismo
tan aplastante
aquel que busca empleo
debe hacer oídos sordos.

Es un gran argumento
no tener otra opción.
Cada día me levanto
y la sonrisa de mi hija
me sostiene.

Ella es la luz de mis ojos,
mi Hija Patria.

UN AMOR DE FACEBOOK

Me recuerdo en esta hora de muchas cosas, de cuando te conocí en el muro de María Antonia, de cuando me propusiste adicionarte, de toda la tensión que sufrí para decidirme. Un día preguntaron en tu muro a quién se debía avisar en caso de perdida de conexión y la posibilidad real del hecho nos conmovió a todos. Después supimos que era cierto, que ninguna conexión es invulnerable (si es verdadera). Muchos compañeros han visto pirateadas sus cuentas por no tener esclarecido algo tan sencillo.

Hoy todo tiene un tono menos dramático porque somos más maduros y el que más y el que menos sabe las cosas básicas pero el hecho se repite. Siento que no puedo seguir en tu lista de amigos y me despido de ti, de tus amistades, de tu muro que es ya mío y que soporta lo que se le ponga. Hago formal renuncia de mi membresía a tu círculo de amistades así como a la gente que pueda conocer a través tuyo. Nada me ata a tu perfil, sólo lazos que no se pueden eliminar como una etiqueta.

Haciendo un recuento de mi tiempo entre tus amistades creo haber comentado tus publicaciones con suficiente honradez y dedicación para hacerte ganar puntos en el ciberespacio. Mi única falta de alguna gravedad es no haber etiquetado con más fervor las fotos que publicabas desde los primeros momentos de nuestra amistad y no haber comprendido con suficiente celeridad tus cualidades fotogénicas y de erudito musical. 

He vivido momentos magníficos revisando tus enlaces y sentí a tu lado el orgullo de pertenecer a nuestra comunidad de buen gusto en los días luminosos y tristes de nuestra  primera desconexión.

Pocas veces brilló más alto una amistad que en esos días, me enorgullezco también de haberte contestado sin vacilaciones a cada mensaje, identificado con tu manera de pensar y de ver y apreciar publicaciones y comentarios. 

El mundo real reclama el concurso de mis modestos esfuerzos. Yo puedo hacer lo que te está negado por tu responsabilidad al frente de tu cuenta y llegó la hora de separarnos. Sépase que lo hago con una mezcla de alegría y dolor, aquí dejo lo más puro de mis esperanzas de contacto y lo más querido en mi buzón de mensajes… y dejo un círculo de amigos (ahora comunes) que me admitió como uno más, eso lacera una parte de mi espíritu. En los nuevos sitios donde me inscriba llevaré la fe que me inculcaste, el espíritu fraternal de nuestro círculo, la sensación de cumplir con el más sagrado de los deberes, establecer comunicación con otros seres dondequiera que estén, esto reconforta y cura con creces cualquier desgarradura.

Digo una vez más que libero a Facebook de cualquier responsabilidad, salvo la que emana del enviciamiento. Que si me llega la hora definitiva en otros sitios, mi último comentario será para nuestro círculo de amigos y especialmente para ti. Que te doy las gracias por tus comentarios y la foto que sugeriste para mi perfil a la que trataré de parecerme hasta la última consecuencia de mis actos. Que he estado identificado siempre con lo publicado por ti y lo sigo estando. Que en dondequiera que me pare sentiré la responsabilidad de haber pertenecido a tu círculo de amigos, y como tal seguiré actuando. Que no dejo a mis contactos y a las personas que pueda conocer nada material y no me apena: me alegra que así sea. Que no pido nada para ellos pues Facebook les dará todo lo suficiente para vivir y educarse.

Tendría muchas cosas que decirte a ti y a nuestro círculo de amigos, pero siento que son innecesarias, las palabras no pueden expresar lo que yo quisiera, y no vale la pena emborronar tu muro.

Hasta que me desconecte siempre
Facebook o Muerte
Te abraza con fervor comunicativo

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