ÍNDICE
I COMO UN ECO DEL FUTURO
Como un eco del futuro
Mil doscientos doce
El argumento del miedo
El jacobino cobarde
El rey payaso
Extremitis
Gato negro
Genocidio
La tiranía del algoritmo
Leyendo a Ibn Khaldún
El sueño de la razón
Un profesor reputado
Verdad memoria mentira
La costumbre de callar
Vi
II PÁNICO DEL SIGLO XXI
Décima para Marx
A Feisbu
Con los huevos calcinados
Con perdón de lo vulgar
Continuidad
Demagogos
Décima deswokada
El género de los bebés
Iconoclastas siglo XXI
Inclusive
La historia no absuelve a nadie
Tolerancia
Tres mentiras por el precio de una
Gritan lobo
III LOS CUADERNOS DEL ODIO
Ríos de sangre impaciente
Cuando hablas de genocidio
Hay quien dice
Al Hawiya nivel 7
Canción de cuna para dormir a Khamenei
Clarito y alto
Eje de resistencia
El diván de Khamenei
El hueso de Erdocán
El trasero infatwado
Hurí
Khaybar
Los hinchas de la muerte
Tal para cual
Hudna
Gaza-lighting
Daltonismo islamofílico
I COMO UN ECO DEL FUTURO
COMO UN ECO DEL FUTURO
Como un eco del futuro
o de un lejano pasado,
temo que ya he visitado
el sol en su lado oscuro;
me embriagó su aroma impuro
hasta llenar mis pulmones,
contaminó mis visiones
con su olor fétido e inmundo.
Vengo de un sitio profundo,
desprovisto de ilusiones.
Yo estuve con las legiones
que destruyeron Cartago;
tengo un recuerdo algo vago
de tener como anfitriones
a reyes de mil naciones,
a constructores de imperios.
Soy flor de los cementerios
donde a los hombres se hermana
cuando el gusano se ufana
develando sus misterios.
Yo he estado en los improperios
que acompañan las revueltas,
en las naciones disueltas
y en todos los cautiverios;
he ejercido magisterios,
me han aclamado en el podio,
he sido ingrato custodio
disfrazado de quimeras.
Me llaman de mil maneras,
pero mi nombre es el odio.
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MIL DOSCIENTOS DOCE
(A mi madre, que me enseñó a bien querer la tierra de nuestros antepasados.)
Es tanto lo que se ha hablado,
y se habla de aquellos días;
son tantas las cobardías
del nihilista y el letrado,
deconstruyendo el pasado
con argucia “progresista”,
disolviendo toda arista,
denigrando la memoria,
volviendo a escribir la historia
ya escrita en la Reconquista.
Por la fuerza de la espada
y la astucia en la traición,
llegó el moro y su nación
de media luna asangrada.
Por la fuerza de la espada
y las artes de la guerra,
reclama el godo su tierra,
que el moro llamó Andalús.
Por siglos lucha la cruz,
y en siglos su suerte cierra.
La guerra es tiempo de entierros
y lo es de gloria tamaña.
En un lugar de la España
llamado Despeñaperros,
se entrecruzaron los hierros
de los moros y cristianos.
Allí se mostraron vanos
los sueños del almohade:
el hierro al hierro persuade,
y el triunfo es de los hispanos.
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EL ARGUMENTO DEL MIEDO
¿Que viene la ultraderecha
o el cocomunismo viene?
Son los mantras que conviene
recitar con boca estrecha.
Es lógica contrahecha,
pero siempre muy exitosa;
no cambia lo artimañosa
aunque mude su bandera.
El miedo es, como se quiera,
la baza más poderosa.
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EL JACOBINO COBARDE
(A Jacques-René Hébert,
guillotinado el 4 Germinal del año II -24 de marzo de 1794-)
Se cuenta que, cuando Hébert,
caminó a la guillotina,
gritaba, casi se orina,
clamando por su mujer.
Es difícil comprender
cómo a tan cruel jacobino,
que no ponderó un comino
de otras personas la muerte,
faltóle el carácter fuerte
cuando enfrentó su destino.
Es muy humano el desatino
que a la muerte siempre invoca,
sobre todo si es de boca
para afuera; y si es el sino
tan macabro el del vecino,
nunca el propio, por supuesto.
Por eso yo le protesto
al que en matar vea un juego,
si es que, cuando muera luego,
sabrá morir en su puesto.
Cuando su cabeza al cesto
cayó, toda ensangrentada,
y se enfrentó con la nada,
yendo tan mal predispuesto,
es muy seguro que el resto
quizá se habrá preguntado
cómo un ser tan habituado
a la cruel Parca invocar
no se supo comportar
cuando le tuvo a su lado.
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EL REY PAYASO
Si por azar un payaso
se viste un día de rey
y en palacio se hace ley
su comedimiento escaso,
más que hablarse de fracaso
en hábito palaciego,
podemos ver el trasiego
de forma y naturaleza:
conviértese la realeza
en circo macabro y ciego.
El rey payaso, en su juego,
se saltará toda norma;
el palacio tendrá forma
de un recinto sin sosiego.
Consumiráse en el fuego
todo asomo de prudencia;
el payaso, en su indecencia,
hará de la payasada
rutina, y no tendrá nada
el reino, más que indolencia.
No hace falta mucha ciencia
para ver dónde conduce
un payaso que seduce
a la masa en su inocencia.
Con su carisma y presencia
será el corrompido fruto
que convierta en absoluto
el mal, y con su corona
su payasesca persona
será risa... luego, luto.
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EXTREMITIS
Esa que tanto declama
contra el tan vil patriarcado,
la que siempre ha blasfemado
y sus derechos reclama,
no te asustes si, con drama,
te anuncia su “reversión”:
un día, a una religión
que le fuerce a andar cubierta,
al milagro boquiabierta
y presta a la sumisión.
Sé que parece ficción,
sé que nadie pensaría,
no es cosa de hechicería
ni de espíritu burlón.
Si me parece razón
esgrimible que, en la vida,
mientras más tensa y tendida
está la cuerda, al romperse,
la mente, al recomponerse,
busca ecuación parecida.
Y por eso, en su caída,
buscará lo conocido,
aquel mindset asumido
donde lo extremo es salida.
La nueva fe recibida
le brindará algún sentido
a un existir desabrido
donde le falta color
para ese fuego interior
del fanático aburrido.
A muchos he conocido,
empezando por mí mismo,
y aquel agente de un “ismo”
que se pretenda ofendido.
Si he de juzgar lo vivido,
me queda por declarar
que, en la vida, hay que evitar
el eslogan negro y blanco:
lo contrario es un barranco
difícil de remontar.
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GATO NEGRO
Yo soy aquel gato oscuro
al que a una hoguera lanzaron,
ese infeliz que culparon
haciéndole pagar duro
su traza de ser impuro;
soy el loco del arcano,
el albino subsahariano,
aquel que sitio no encuentra
y que en su cuerpo concentra
odio y temor soberano.
Soy el judío marrano
y el murtad de la mezquita,
que el clérigo felicita
a quien mate por su mano.
Tengo el instinto temprano
de evadir todo consenso
(o al menos así lo pienso);
ni siquiera es culpa mía
ser el signo de herejía
sin una gota de incienso.
Soy a esconderme propenso,
comprensible si se mira
cuánto propicio la ira
y el resentimiento intenso.
No es grato verse indefenso
ni a la vera del camino,
quizás sea mi destino
recelar de multitudes;
me quedo con mis virtudes
y la etiqueta de un vino.
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GENOCIDIO
(A los casi dos millones de armenios asesinados por la barbarie otomana entre 1915 y 1923)
Hoy que hablar de genocidio
es cosa ya tan banal,
y que se vuelve trivial
hasta provocar fastidio,
con su talento de ofidio
y sus mañas de sultán,
la cara de ingrato can,
con la expresión de una burka,
tan estúpido a la turca,
vemos al vil Erdogán.
Soberbio con su ademán,
dice que no hubo tal cosa,
que la culpa no se posa
en él, y que no verán,
contrario al pueblo alemán,
al turco de algo excusarse,
ni pensar en rebajarse.
«No fue culpa de Turquía,
fue de Armenia la osadía:
¿quién les mandó a rebelarse?»
Si algo puede adicionarse
es que esta excreta humanoide
no es que hable bajo un opioide,
es su forma de expresarse.
Turquía ha de refundarse
en su pasado otomano.
¿Genocidio tan lejano?
¿Por qué hablar de tal minucia?
¿Reconocer? cosa sucia
como sangre de cristiano.
En ese tiempo lejano
cuando pudo suponerse
que nunca más iba a verse
seducción en lo inhumano,
nadie pensó cuán temprano
era aún para aliviarse,
que llegaría a olvidarse
de Armenia todo el dolor
y del libro del horror
trataría de borrarse.
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LA TIRANÍA DEL ALGORITMO
El algoritmo es tirano
que a muchos marca la pauta;
suena bien lo de internauta
para el siervo cotidiano,
que alguna vez fue un humano
y gozó de autonomía;
hoy vive la fantasía
que un tecnócrata recrea:
no existe, sino googlea
a la luz de un ciberdía.
Su adicción es también mía,
pues, si bien tengo consciencia,
la soledad no es licencia,
sino cibercompañía.
Ilusa y pobre osadía
querer salirse del ruedo:
al tirarse un ciberpedo,
aquel también huele mal,
aunque su aroma virtual
nos exonere del miedo.
Sonríome mientras puedo
con mi post notificado:
un robot lo ha reportado,
que una policy transgredo.
Reconozco que me excedo
con verbos inoportunos
para un mundo de ovejunos,
de más Tánatos que de Eros,
un multiverso de ceros
que no llegan ni a ser unos.
Si, como dicen algunos,
se adviene una tecnopía,
me reservo la porfía
de mis instintos viejunos.
Que sean o no oportunos,
achácaselo al biorritmo;
yo seguiré a contraritmo,
siempre un poco a mi manera,
aun no siendo lo que espera
“Su Majestá” el algoritmo.
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LEYENDO A IBN KHALDÚN
El tiempo recio genera
un hombre a su semejanza,
aquel que, de su pujanza,
cosecha en la sementera;
mas la bonanza no espera
y pronta genera al necio
que destruirá, con desprecio,
lo que su mayor produjo,
y, así como por embrujo,
volvimos al tiempo recio.
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EL SUEÑO DE LA RAZON
Mujer de sangriento fruto,
sueña la diosa razón
un monstruo que su pasión
le ofrece como tributo.
No tiene aquel atributo
mayor que el de ser soñado,
fruto amargo, trastocado,
cercenado a guillotina,
realidad cruel y mezquina
del paraíso inventado.
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UN PROFESOR REPUTADO
Un profesor reputado,
muy docto en ciencias sociales,
traza en líneas generales
lo que él llama su legado.
Quiere que el colonizado
se rebele de una vez,
y rompa con altivez
las cadenas que le oprimen.
«¡Oh, mundo de los que gimen,
emancipa tu estrechez
mental, abyecta, soez,
impuesta por normativa,
basta de abajo y de arriba,
de opresiva sordidez!
Librémonos de una vez,
fundemos polifonías:
¿para qué las policías
y para qué los gobiernos
que, presumiéndose eternos,
solo enturbian nuestros días?
Verticales tiranías
que impiden el encontrarnos,
ser en el otro, abrazarnos
diversos, sin jerarquías;
¿quién nos hizo mercancías,
de su engranaje una pieza?»
—clama en tono rojo fresa
postcolonial en su alarde.
Otra vez, hoy llega tarde
la chacha que hace limpieza.
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VERDAD MEMORIA MENTIRA
Son sus capas tan delgadas
que, al mirarlas, pareciera
ver el ojo cosa entera
de láminas fusionadas.
Una tras otra, opacadas
en virtud de la siguiente
mentira nueva, reciente,
comparada a la que estaba,
media verdad que se daba
por total y transparente.
Es paradoja evidente
que una cebolla es la historia;
cada intento de memoria
dice verdad como miente.
Poco puede que contente
a esa pupila que mira
ver que en la ausencia conspira
lo innegable que se niega,
el verbo escrito que entrega
verdad, memoria, mentira.
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LA COSTUMBRE DE CALLAR
La costumbre de callar
se va metiendo tan dentro
que va pudriendo tu centro
sin que ya pueda sanar.
Podas un día el hablar
por no ofender a fulano;
al siguiente es a mengano
a quien mejor no se toca,
y así te coses la boca
por juzgar que es lo más sano.
Tal es el doble pensar,
y no es que no lo conozca.
Como un tornillo, de rosca
y orificio puedo hablar.
Sé que podrás alegar
un pretexto humanitario,
generoso, solidario,
pero el pretexto no importa:
tiene la vista muy corta
quien del verbo es carcelario.
El déjà vu es evidente,
al cancelar la palabra
una sociedad se labra
el cinismo de su gente.
Tanto eufemismo indolente
solo sirve a perpetuar
el abismo entre el pensar
y el decir, la vil mentira
que tras la risa transpira
la costumbre de callar.
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VI
Vi al mal del relativismo
ensalzado en la academia,
y vi padecer de anemia
la virtud; vi al hedonismo
florecer, sentí el abismo
bajo mis pies extenderse;
vi lo noble corromperse
por halagar la estulticia
de la turba y su justicia,
y aún más quedaba por verse.
Vi a un tirano conmoverse
denunciando el genocidio,
mientras de su vil presidio
no puede una hoja moverse;
vi al terrorista venderse
de luchador libertario;
vi la ONU un escenario
de circenses bufonadas,
tontos útiles, manadas
del pasto universitario.
Vi al Diablo darle salario
a insignes intelectuales;
vi a bardos postcoloniales
declamar su corolario
de falacias; vi al falsario
cancelando al disidente,
y vi más, vi lo frecuente
del recurso de callar
a otro haciéndole llamar
por algún mote insolente.
Vi la maldad de la gente,
sus llagas y su mentira;
vi quemándose en la pira
toda razón e incongruente
vi al racista impenitente
posar como antirracista,
y vi en su plan optimista
filántropos embusteros;
vi un mundo lleno de ceros,
y de unos, a simple vista.
Vi al perpetuo oportunista
haciendo su equilibrismo;
de bastardo vi al marxismo,
prepucio islamofascista;
vi al engendro globalista,
vi el grito subvencionado;
vi que al poder del Estado
enemiga es la familia;
vi al dios de la pedofilia,
vi a Jesucristo abortado.
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II PÁNICO DEL SIGLO XXI
DÉCIMA PARA MARX
De Carlos te voy a hablar
por Marx mejor conocido,
filósofo algo atrevido
que al mundo quiso cambiar.
No pudiéndose arreglar
a sí mismo la existencia,
dispuso llamarle ciencia
a su visión de un futuro
donde nadie tendrá apuro
ni insatisfecha apetencia.
No trabajó Su Excelencia
media jornada de un día,
y así escribió su teoría
desde la propia consciencia;
innegable es su eminencia,
como lo es también el hecho
de que su sueño maltrecho
nunca se llegó a probar,
pues no se puede empezar
una casa por el techo.
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A FEISBU
Con el aire impertinente
y tu impune desenfado,
Feisbu, hoy me has comunicado
que publico cosa hiriente.
Conmínasme a ser prudente,
a pensar más lo que escribo.
Debo ser más receptivo
y pensar que hay susceptibles,
en tu mundo de imperdibles
gran honor ser conflictivo.
Notificación me envías
para alertarme, eso creo
de que puedo ser un reo
del cibergulag. Confías
que no siga en las porfías
ni en bruscas catilinarias,
que normas comunitarias
sean mis normas de vida,
que ante la duda decida
por tus pautas sanitarias.
Prodúceme malestar
me incordies tú de tal modo.
Por momentos me incomodo
quiero mandarte a volar.
Se que no puedo evitar
que me canceles la cuenta.
No lo tomo como afrenta,
ya preparo mi equipaje.
No me extrañes cuando viaje
porque joderte me tienta.
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CON LOS HUEVOS CALCINADOS
Con los huevos calcinados
y la mirada sombría
contemplo la alevosía
del wokismo y sus aliados.
¿Cómo tantos alienados
(me pregunto con pesar)
se lograron arrimar
a la vera del poder
y hasta pudieron creer
que su "causa" iba a triunfar?
Mucho intentaron cambiar
los pronombres del lenguaje,
y por no perder el viaje,
en su anhelo de mezclar
quisieron despatriarcar
la sociedad de conjunto,
y así llegaron al punto
de decir que no se es hombre
ni mujer, que no te asombre,
pues para más dio el asunto.
Con la mueca de un difunto
celebraron su "esperanza",
y aunque parezca una chanza,
aún la celebran, barrunto.
En su futuro presunto
no previeron la entropía,
aquejados de miopía,
virtuosos de la estulticia,
amantes de una justicia
que de tan tuerta es harpía.
Usaron la cortesía
para cancelar ideas,
y créaslo o no lo creas
les funcionó, qué ironía:
su reino fue epifanía
del homagno diletante,
energúmeno estudiante
y radical profesor;
fue su evangelio el rencor,
¿jodieron? Más que bastante,
y aún joden, es lo irritante,
pero ya van de bajada,
un día no serán nada
más que el recuerdo inquietante
de un tiempo en que el ignorante
adoctrinó al resentido,
y en su credo pervertido
se tomaron de las manos
como bastardos hermanos
en un odio confundido.
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CON PERDÓN DE LO VULGAR
Amantes de la epopeya
por afán de novedad
generan calamidad
con su estúpida querella,
porque en vez de decir ella
o decir él, como antaño,
legislan que hace gran daño
no hacer visibles los elles,
los no binarios doncelles
con su enigma de entrepaño.
Es cosa de intelectuales
y de la gente aburrida
querer reinventar la vida
con requiebros judiciales.
En estos juegos mentales
justifican su salario,
genios de lo innecesario,
hoy nos dan la bienvenide
para que alguno se olvide
que el sexo no es voluntario.
Si eres adicto al pescado
o si la carne prefieres,
cómete el plato que quieres
que a nadie le hace cuidado.
Veo harto desubicado
querer la lengua cambiar,
el habla reglamentar
por mayor descuajaringue,
por eso digo ni pingue,
con perdón de lo vulgar.
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CONTINUIDAD
Hablando desde el estrado
con la fragancia de un peo,
da razones que no creo,
tampoco quien tiene al lado,
mas con hábito heredado
aplaudirá al presidente,
todo aquel que por prudente
valore su posición,
“¡viva la reinvolución!”
y que se muera la gente.
Deduzco se ve coherente
seguir mintiendo de oficio
y pintar tanto estropicio
de color resplandeciente.
Bajo una piedra indolente
reposa quien no se nombra,
y ya no indigna ni asombra
sabernos caricatura
de aquella ilusión tan pura
que hoy tiende al cinismo alfombra.
Así, de un ala a la sombra
no importa de cuál avión,
ni en qué absurda embarcación
todo un país se desnombra,
tanto exilio ya no asombra
y nos dejara perplejos,
ay país de amores viejos,
continuidad de mi luto,
agridulce extraño fruto
doliéndome de tan lejos.
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DEMAGOGOS
Si quiero ver hasta donde
la virtud puede quebrarse,
cuanto hará por disfrazarse
y por negar lo que esconde
aquel que presto responde
a la masa y su runrún
según convenga y según
se lo dicte su provecho,
pienso en mi país desecho
en nombre del "bien común".
Y tambien pienso en algún
tribuno de los que hay tantos,
de esos que invocan "quebrantos",
injusticias que hay "aún",
el "derecho" que ningún
hombre tenga reclamado,
y comprendo que el pasado
fue tan solo una señal,
que el demagogo es el mal
de un futuro ya avisado.
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DÉCIMA DESWOKADA
No sé si es aburrimiento
o falta de mejor causa,
tal parece que sin pausa
ni sosiego un movimiento
lleva en sus alas el viento,
viento, digo flatulencia,
se disfraza de consciencia
e ideales generosos,
le financian poderosos
que así ocultan su indecencia.
No es el wokismo inocencia,
aunque se vista de seda,
pues como mona se queda
con macabra recurrencia,
amante de la pendencia,
retrospectivo el enfado,
su grito descabalado
de emoticona Bastilla,
lleva por hoz la morcilla,
y un martillo bifurcado.
Que el mundo ya lo han cambiado,
suelen decirse a sí mismos,
traficantes de espejismos
en un mundo trastornado,
mal despierto, pronunciado
mucho peor, fanatismo
que no se mira a sí mismo
en aquel mal que condena,
una postmoderna pena,
antítesis de optimismo.
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EL GÉNERO DE LOS BEBÉS
Pregúntase una señora
con el mayor interés,
cómo se hace con bebés
cuyo género se ignora,
qué pronombre usar ahora
para hablarle de exprofeso
a esa criatura que en peso
se limita a pocas libras,
el pequeñín por quien vibras
y que cupiera en un beso.
Por su duda me intereso,
señora, quiero alegar
que es muy pronto para dar
con esa edad tal progreso;
el sexo es obvio y confeso
por los miembros genitales,
mas con trazos generales
podemos dilucidar
que el género ha de esperar
hasta otros grados mentales.
Sé que habrá profesionales
que discutan tal sujeto;
no soy docto y no me meto
en tales berenjenales.
Sí creo que los pañales
se deben considerar,
primero habrá de gatear,
luego tendrá esa consciencia,
respeten más la inocencia
pronominada al hablar.
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ICONOCLASTAS SIGLO XXI
Cansa ya esta moda absurda
de reinventar el pasado,
de tenerle prontuariado
a causa cual más absurda,
anacrónica y palurda
retrospectiva justicia
que al populacho desquicia
por su torpe desenfreno,
y yo les pregunto, bueno,
¿tendrá el futuro franquicia?
Fácil es con estulticia
desenterrar a los muertos,
con tanto ciego los tuertos
se reparten las albricias;
mucho que te beneficias,
injusticia del presente,
juzgando a tambor batiente
lo que ya no tiene caso,
dicta sentencia el payaso
sobre la memoria ausente.
Cuando lo ahora corriente
sea un rumor del pasado,
se sentirá avergonzado
quien para entonces lo cuente,
pues fue visto pertinente
más que hacer o el construir,
ese volver a escribir
hasta el vértigo la historia
por mediocres sin más gloria,
ni otra excusa en su vivir.
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INCLUSIVE
Vivo en un mundo inclusive,
parecido al show de Truman;
las certezas bien se esfuman
cuando el ser se autopercibe.
Distópico se concibe
día que mal amanece,
las habas el diablo cuece
con un olor casi cool,
que venga el rojo, el azul,
el negro, el blanco, que empiece
la bufonada y no cese
si al final todo es igual.
¿Quién dijo que hay bien y mal?
Nunca hubo tal, no aparece.
La razón, torpe, se mece
en esta hamaca inclusiva;
paradigma y perspectiva
son palabras en sus labios.
Molestarse no es de sabios,
no es cosa smart ni atractiva.
En la amnesia colectiva
todo es cuestión de sabor,
la variación del color
no llega a ser excesiva.
Sonrisa gris, positiva,
positivista, algo lerda,
su colorcito trascuerda,
va calando hasta los huesos,
y en ella habitamos, presos
de una herida que descuerda.
Así, un poquito a la izquierda
y otro poco a la derecha,
contemplo absorto la brecha,
soy trapecista y soy cuerda.
El cielo mismo se enmierda,
y bajo él, mi cuerpo vive
en el fondo de un aljibe,
recompongo mi esperanza
de Quijote y Sancho Panza,
sin distopía inclusive.
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LA HISTORIA NO ABSUELVE A NADIE
La sentencia de la historia
será siempre discutible;
unos dirán que fue horrible
lo que otros tengan por gloria,
cambia y vuelve la memoria
de los pueblos y su gente.
Poco o nada de inocente
su justicia correctiva
incluirá en la comitiva
a otra injusticia emergente.
No pretendo ser vidente,
ni adivino lo futuro,
pero de algo estoy seguro
y tengo por evidente:
aquel que a tambor batiente,
como absuelto se percibe,
errado está, pues concibe
que la historia le tributa;
la historia es solo una puta,
se acuesta con quien la escribe.
Quien con ella sobrevive,
que no se presuma inmune,
el vínculo que les une
quizá un día se derribe,
y así, de ser dios derive
Su Alteza a ser un pretexto
de escarnio y un mal molesto,
con erre de reescritura.
La historia es literatura
y su verdad palimpsesto.
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TOLERANCIA
La tolerancia es palabra
que despierta confusión,
y no faltará el cabrón
que le tomará por cabra;
así vemos cómo labra
por su propio beneficio
aquel que ve el orificio,
la brecha por subvertir,
un "regalado" existir
con su intolerante oficio.
Contemplando el precipicio
que ya Popper describiera,
una respuesta quisiera:
¿dónde este absurdo dio inicio?
¿Cuándo sacamos de quicio
ese mundo que heredamos?
Y más, ¿hacia dónde vamos
con un donaire arrogante
que encumbra a ese intolerante
que por víctima tomamos?
Tal vez nos equivocamos
de medio a medio al leer
a Bin Khaldun sin prever
que en sus páginas estamos;
tan en éxtasis quedamos,
amando la decadencia,
que aún tenemos la inocencia
de sentirnos superiores
a aquellos nuestros mayores
que lucharon su existencia.
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TRES MENTIRAS POR EL PRECIO DE UNA
Lo diverso es ese nombre
marcándonos hoy la pauta,
se impone ser divernauta
con el uso de un pronombre,
comprendo que no te asombre
y hasta lo juzgues normal,
dirás que lo natural
no debe ser normativo,
que es muy gracioso y creativo
lo que yo hallo artificial.
En la amnesia general
se va todo confundiendo,
y en las sienes malviviendo
la mentirilla global,
nada está bien ni está mal
mientras diga abracadabra,
un orden nuevo se labra
con la tácita aquiescencia
de aquel que pierde consciencia
o tiene la de una cabra.
Te deconstruyo, palabra
que hoy guías al universo,
no hace falta mucho esfuerzo
para verte lo macabra,
el mundo se descalabra
con tu farsa de colores.
La libertad en sus dolores
poco se ajusta a la moda,
inquieta, desacomoda
al cáncel de los censores.
Placíbos y sinsabores
entrelazan la amalgama,
y por coronar la trama
venga la equidad. Señores,
¿de cuál jardín estas flores
habrán con saña brotado?
¿Quién será el "iluminado"
de tan postmoderna muerte?
La igualdad sucumbe inerte
de un suplicio deswokado.
Inclusión, no me he olvidado
de tu inclusivo argumento,
entre mis penas te cuento,
te escribo en el excusado,
dolorido, arrebatado,
con mi intestino "oprimido".
Lo fraterno se ha perdido,
y con él, la lucidez,
"postcolonial" idiotez
de lo "progre" y malnacido.
Sé que no es muy divertido
nadar contra la corriente,
que es demasiada la gente
que este embuste se ha creído,
pero al posible ladrido
que el oído me taladre,
opongo un verso que encuadre
tan beatíficas hermanas,
mientras me limpio las ganas
en su putísima madre.
Y por no ofender al padre,
míster neocapitalismo,
vestido de progresismo
con fingido desencuadre,
he de premiar su desmadre
con un marrón residual,
puede sentarle fatal,
y a sus mentiras lo mismo,
podrás culparme de un ismo,
pero para mí es igual.
Ya sé que en el Capital
esto no aparece escrito,
y que no suena bonito
si la oreja es de cristal,
mas creo en lo racional
y sé que vale el esfuerzo
negarse a ser un converso
de esta payasesca juerga,
contumaz, me vale verga
lo "ofensivo" de este verso.
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GRITAN LOBO
No sufre la xenofobia
todo aquel que lo asegura,
mientras ventaja procura
con un descaro que agobia.
Gritan lobo, gritan fobia
los que, llegando a un lugar,
ya lo pretenden cambiar
pretextando en lo que exigen
que aquel su país de origen
es muy digno de imitar.
Yo quisiera preguntar:
si de algo vienes huyendo
y se te está recibiendo
sin obligarte a cambiar,
¿no es más prudente adaptar
tu manera a donde llegas?
¿No será que lo que bregas
es tu propia destrucción?
Mejor toma la lección
y no des palos a ciegas.
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III CUADERNOS DEL ODIO
RÍOS DE SANGRE IMPACIENTE
Ríos de sangre impaciente
y fotos quasidantescas
que se deleitan, grotescas,
en la humanidad sufriente.
Pronto olvida, indiferente,
de tanto mirar a diario,
quién era y no victimario,
quién la muerte convocó,
quién el conflicto atizó
de este drama milenario.
El "Miedo Oriente", escenario
de esta orgía interminable:
¿la vida? Un bien desechable.
¿La muerte? El mejor salario.
Es absurdo corolario
para un mundo dividido
decir que, aunque hayan querido
vencer de sueños tan vanos,
la sangre está en ambas manos
y aquel dios, ebrio o dormido.
No faltará quien, dolido,
en la obsesión partisana
y con agenda malsana,
te invite a tomar partido,
y has de verte confundido,
sin entender o entendiendo
lo que está en verdad ocurriendo
(y esto ha sido por buen rato);
es demasiado barato
ver a la gente muriendo.
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CUANDO HABLAS DE GENOCIDIO
Cuando hablas de genocidio
queda sexy, reconozco,
observar tu gesto tosco
de protesta y de fastidio.
Hasta cierto punto envidio
la altura de tu entusiasmo,
ese colérico espasmo
con que hablas del apartheid,
aquella pérfida ley
y aquel colonial marasmo.
Sin embargo, me pregunto
con toda incredulidad:
¿cuándo llegará tu edad
de verlo todo en conjunto?
La guerra es un feo asunto
del que opinar es barato.
Hubiera para hablar rato
de la sangre y del rencor,
pero te viene mejor
odiar con pasión al gato.
Si al menos fueras ratón
creo que comprendería,
pero tienes la osadía
de confiscar la razón
a quien cuestione tu acción,
a quien invoque matices.
Este es un mundo de grises,
ya lo debieras saber,
donde no puedes creer
lo primero que te dices.
Temo que en esa bandera
que tú llamas libertad
hay demasiada yihad
para digerirla entera.
Aunque hoy sea una quimera,
deberías ser capaz
de abogar porque haya paz
y no más guerra sangrienta,
dejar de ser la herramienta
solidaria de Hamás.
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HAY QUIEN DICE
Hay quien dice en su inocencia
que el islamista es su hermano;
sueño tonto, sueño vano,
cortoplacista apetencia.
Atribuye la violencia
de aquel a ser oprimido,
a lo mucho que ha sufrido
en busca de libertad.
O se niega a la verdad,
o el Corán no se ha leído.
Si oíste que es permitido
rebanarles la cabeza
a aquel infiel, al que reza
a otro dios, al convertido,
al pagano, al escondido
cristiano, judío, ateo,
de verdad no me lo creo;
aludido no te sientas
y que no saques las cuentas
con pronóstico tan feo.
Es tan violento el deseo
de “vivir” la resistencia,
que se nubla tu consciencia
por los gritos y el jaleo.
Veo al yihadista y veo
compartiendo su trinchera
aquel que más le debiera
temer y odiar a la vez,
y yo, con más nitidez,
sé que esa no es mi bandera.
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AL HAWIYA. NIVEL 7
De fuego tiene sus puertas
el abismo segmentado,
donde un dios ha destinado
con ira las almas muertas,
de aquellos que no por ciertas
dan sus ínfulas de eterno,
y que se importan un cuerno
con sus cuentos de camino,
pretendiendo que es destino
su cólera y desgobierno.
Siete niveles de infierno
el agareno imagina,
con un calor de cocina
y un tormento plusqueterno.
En su pensamiento tierno
confía tan buen creyente,
que para toda la gente
ajena a su convicción
sobrará calefacción
y el rigor del penitente.
No quiero ser insolente,
y de antemano me excuso;
en tu diagrama confuso
no veo plaza coherente.
¿Si he de entrar, voy con qué gente?,
¿a qué piso?, ¿en qué nivel?
Yo me considero infiel
a tu dios y tu profeta,
comprendo en tu mueca escueta
que me toca el sitio aquel
más allá del piso cruel
donde moran los sabeanos,
el musulmán más mundano
y tus primos de Israel.
No me molesta el tropel
de inquilinos en mi piso,
me parece un cobertizo
sucio y muy poco moderno,
pero prefiero este infierno
a tu mejor paraíso.
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CANCIÓN DE CUNA PARA DORMIR A KHAMENEI
Khamenei, el Ayatolá,
tiene una extraña manía:
lanzar con alevosía
sus misiles de ola en ola.
Por hoy se muerde la cola,
pues su “terrible venganza”
no ha pasado de ser chanza,
y es que no falta el humor
al ver que el rey del terror
sea un payaso de ultranza.
Fue tan grande su confianza
que no previó la ironía
de que antes se le temía
y hoy su retórica cansa.
Me recuerda, en semejanza,
aquel rey de Lidia, Creso,
que, de esperanza poseso,
creyó que a otro destruiría
y pagó por su osadía,
de aquel derrotado y preso.
Por ahora sigue ileso,
pero a muchos ya fastidia,
e incluso a quienes subsidia
no escapa su retroceso.
Siendo el destino travieso,
no nos debiera asombrar
si termina por colgar
al extremo del turbante,
con su barba de tunante
y su mueca de cagar.
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CLARITO Y ALTO
«Estas juventudes aman la muerte como ustedes aman la vida.»
—Osama bin Laden, 1996—
Muy claro dijo Bin Laden
eso de que aman la muerte
y que confían su suerte
a la deidad que ya saben,
cuyo designio no evaden
ni pretenden evadir,
pues para ellos el vivir
solo es digno en la yihad.
Ellos dicen su verdad,
allá el que no quiera oír.
Habrá quien querrá decir,
con ínfula convincente:
todo es culpa de Occidente
y en pago debe sufrir;
la mente se debe abrir
(te dicen) a lo diverso,
comprender que el universo
es de todos y de nadie,
menester es que ahora irradie
el Corán en cada verso.
Lego, en sus suras me inmerso,
asómbrome en sus aleyas,
pienso en esas leguleyas
personas que, en tal perverso
regocijo con lo adverso,
de paz llaman a ese credo.
Un consejo darte puedo:
si a un habibi oyes gritar,
no esperes que diga akbar
para salir como un pedo.
En este punto me quedo
por no herir al susceptible
que, con excusa risible,
me repita con denuedo
que se cuenta con un dedo
entre el trigo la cizaña:
típica treta de araña
que, al disfrazar la obviedad,
la hace más cruda en verdad
con obstinación tamaña.
Metáfora un poco extraña
esa de “al infiel matar”,
y sobre todo al pensar
que la palabra no engaña.
Dices que es una patraña
por denigrar, que no es eso
lo que se dice en el rezo
o lo que dijo Mahoma.
Eres como una paloma
ofreciendo su pescuezo.
Feliz mordisqueas tu hueso,
dawah para no creyente;
te sientes muy inteligente
con “argumentos de peso”.
Buscas justicia y, por eso,
te alimentas de optimismo,
rondando torpe al abismo
de alimentar tu desgracia,
pues tiene macabra gracia
que un infiel lo eres tú mismo.
Corrobora el pesimismo
y niega la inteligencia
tanta mental indigencia
disfrazada de altruismo.
La taqiyya, con su cinismo,
se alimenta en tus quimeras.
Engáñate como quieras:
la advertencia es harto clara,
te lo dicen en tu cara
y ni siquiera te enteras.
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EJE DE RESISTENCIA
Un eje de resistencia
imagina el ayatolá,
mientras, por salvar la cola,
oculta su residencia.
Muy propio es de la inocencia
de un bujarrón veterano
lanzar la amenaza en vano
de respuestas contundentes,
mientras muerde con los dientes
su almohada por vicio insano.
De turbante mahometano
y sonrisa pederasta,
no es poco lo que se gasta
aquel terrorista anciano
por financiar al hermano
de causa, sea un libanés,
palestino, o (como ves)
forajidos yemenitas,
con tal que a los israelitas
les coloquen de revés.
Con la astucia de un ciempiés
les promueve, les sustenta,
su pueblo paga la cuenta
que derrochan con fluidez.
Por sublime tozudez
ha puesto Irán al abismo.
Es un genio y, por lo mismo,
mereciera un monumento,
porque hace falta talento
para joderse uno mismo.
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EL DIVÁN DE KHAMENEÍ
Aun más negro que el turbante
con que cubre su cabeza
es el humor con que empieza
su día el gran gobernante.
Le llaman “representante”
de Dios, y con Él conversa;
suplícale en lengua persa
que el martirio le regale,
pues la vida poco vale
a su lógica perversa.
Ya con la mente dispersa
reclama ser fulminado
por la explosión, destrozado,
víctima en su suerte adversa.
En su delirio se inmersa
sin llegar a comprender
cómo puede suceder
que deba sobrevivir
quien solo quiere morir
y ni esto logra tener.
Insiste: «No puede ser
que, después de tanto tiro,
aún por la muerte suspiro
y no llega a acontecer.
Líbrame de padecer,
oh Dios, la muerte senil,
y haz que el hebreo más vil
me salve de este bochorno,
de ver diezmado mi entorno
y yo esperando un misil».
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EL HUESO DE ERDOCAN
Los turcos, en su simpleza,
hicieron sultán un perro;
aquel prometió que el hierro
les brindaría grandeza.
Su delirio aún no tropieza
como debe, y el progreso
imperial de este sabueso
aún inflama, envalentona;
hoy en Siria es la intentona
de apoderarse del hueso.
Tal es su deseo expreso
por revivir lo otomano,
volver al tiempo lejano
de aquel imperio travieso,
famoso por el exceso,
la crueldad y el fanatismo.
Fiel reflejo de lo mismo,
sultanea en su ladrido
el can turco malparido,
no ve cercano el abismo.
Marcha lleno de optimismo
este aprendiz de mastín,
obseso en su innoble fin
de avanzar el islamismo.
Pide a Alá, con narcisismo,
esta neotomana escoria,
todo el poder y la gloria,
pero puede suceder
que ambos los llegue a perder
y, de paso, la memoria.
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EL TRASERO INFATWADO
Nadie pretenda negarle
al yihadi el pragmatismo;
por amor al islamismo
no dejará de entregarle
todo lo que pueda darle
al dios Alá y a Mahoma.
Lo mismo hará de paloma
que de aguerrido león,
y si llega la ocasión,
se entregará a la maroma.
Cuando no encuentre una toma
donde ensartar su artefacto,
podrá excusarse del acto
si el objetivo lo aploma.
Esta solución la asoma
con claridad de cristal
la autoridad clerical
que una fatwa ha concebido:
si el martirio es lo querido,
sodomizarse es halal.
De este modo natural
se ha encontrado un compromiso
para aquel que el paraíso
no lo añore vaginal;
podrá el deseo carnal
volcarlo en su compañero,
antes de entrarse primero
deberán encomendarse
a su dios, y así entregarse
a la yihad del trasero.
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HURI
Cuando un shahid llega al cielo
le espera una comitiva
de vírgenes sin deriva,
setenta y dos por consuelo.
Ellas le "atienden" con celo,
recompensan sus crueldades,
todas las atrocidades
que en la tierra ha cometido,
y él disfruta divertido
de orgiásticas variedades.
Una cosa sí no entiendo
y no deja de asombrarme,
(si alguien pudiera explicarme),
¿cómo es que tal virgen, siendo
desflorada y ya no siendo
más virgen, será de nuevo?
¿O habrá un perpetuo renuevo
de tan frágil costurita?
La hurí es una señorita
que no es gallina ni huevo.
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KHAYBAR
«Khaybar, Khaybar, ya yahud! Jaish Muhammad soufa yaʿoud!»
Porque te lo dijo Obama
y porque tú le creíste,
un día te convenciste
que es religión de quien ama
aquella que a Dios proclama
con licencia de matar
al que rehúse aceptar
su credo en cinco pilares,
colmo de cosas dispares,
veo tu río en su mar.
Por no ser tú de Khaybar
y judío mucho menos,
aplaudes los desenfrenos
de los esclavos de Akbar;
su causa debe triunfar
pues justicia es lo que quieres
para tan sufridos seres
que cantan muerte al infiel,
la tuya veo en su piel,
pues no menos kafir eres.
Si en tu delirio prefieres
revisitemos la historia,
la crueldad de una memoria
desprovista de alfileres.
Los de Khaybar, si así quieres,
vendieron caro el pellejo,
no fueron como el conejo
que al lobo alaba el colmillo.
Te digo, en verso sencillo,
más que progre, eres pendejo.
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LOS HINCHAS DE LA MUERTE
La muerte se manifiesta
con pancarta solidaria
y de manera plenaria
del dolor hace su fiesta.
Organizan la protesta,
hinchas del luto, cual viles
partisanos que en rediles,
y como si fuera chanza,
maximizan la matanza,
la sangre de los civiles.
A veces pienso, y me duele,
que estar a salvo idiotiza,
que la gente se inmuniza
de su empatía y conduele
por solo aquello que huele
cercano a lo que se opina:
banderita palestina,
banderita de Israel.
¿Cómo puede ser tan cruel
la gente y ser tan cretina?
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TAL PARA CUAL
Judíos y musulmanes
son enemigos muy extraños,
matándose llevan años,
turnándose en los desmanes.
Son como dos alacranes
o dos siameses hermanos;
en vez de juntar las manos
prefieren descojonarse.
Ni pueden exterminarse
ni vencer sus sueños vanos.
Son muchos los escribanos
que han escrito de este drama;
tinta y sangre se derrama
entre pueblos tan cercanos
que sus credos cotidianos
se entremezclan, y razonas
cuán falaces y simplonas
las mentiras que argumentan
uno y otro, si te cuentan
sus narrativas bribonas.
Está claro que hay personas
que viven de esta tragedia,
está claro que la media
tiene sus muy grises zonas.
Hay quien se inyecta de hormonas,
hay quien de lejos disfruta,
trazando en su hoja de ruta
la alabanza de quien muere.
Total, si no sufre o hiere,
pues que viva la disputa.
No existe verdad absoluta
detrás de tanta mentira,
la mala sangre, la ira,
la otredad que se refuta,
el dolor que se permuta
de vencedor a vencido,
el matador convencido
de que su igual no es humano,
el arquetipo malsano,
lo medieval renacido.
De tanto odio malparido
cuyo origen se atribuye
uno al otro, bien se intuye,
me invitas tomar partido.
Lo tomé, ya ha sucedido,
lo tomo en contra del mal;
para mí es un animal
quien combate a los civiles.
Si tus prácticas son viles,
eres vil, tal para cual.
Es circunstancia fatal
que en este siglo la guerra
pareciera que destierra
todo código moral
y en su lógica infernal,
donde el show es requisito,
lo más crucial es —admito—
manipular la opinión;
en ese caso, el melón
verdirrojo fue “exquisito”.
Tal para cual, lo repito
después de haber visto tanto,
después de escuchar el llanto
que se eterniza en el grito.
De tanto macabro rito
la parcialidad contesto;
me escapo del manifiesto
que a uno solo es que condena,
porque es pareja la pena:
es por la paz que yo apuesto.
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HUDNA
Grita el mantra a voz en cuello:
la paz —dice— es el camino,
absorto en su desatino
como el asno de Apuleyo.
Váse enredando hasta el cuello
hablando de un cese al fuego,
como si, al hablar de un juego,
no hicieran falta dos partes;
y así, con sus tontas artes,
posterga un conflicto ciego.
Desde siempre y desde luego,
no es cosa que no se sepa
que el terrorismo es la cepa
de un virus que, en su trasiego,
se alimenta, sin sosiego,
con odio subvencionado
por la ONU y cada Estado
que así su negocio avanza
haciendo punta de lanza
del drama del refugiado.
Esto ya tanto ha pasado
que es parte de una rutina;
invocan la Palestina
que su delirio ha creado.
Israel, del otro lado,
como arquetipo del mal,
y en tal lógica infernal
seguirá dando ganancia
la macabra nigromancia
de una hudna temporal.
Quisiera ser imparcial,
porque además es notorio
que el perpetuado velorio
es un muy turbio cristal;
pero ver un hospital
con civiles como escudo
se me atraganta, es un nudo
que anula toda empatía;
se agota, no es culpa mía
sentir asco tan agudo.
Las noticias son embudo
que nos sirve de orejera;
se olvidó la verdadera
consciencia bajo el felpudo.
Pregúntate cómo pudo
devenir tal escenario
circense: lo victimario,
victimesco y viceversa.
Siéntase Dios y conversa
la tregua con su adversario.
Al cómplice solidario
que da a la mafia islamista
vida y un look progresista,
digo en verso lapidario
que a veces es necesario
el luto para la paz.
Regatea un poco más:
¿cuánto falta? Está por ver,
para que paz pueda haber,
primero y nunca Hamás.
Solo después bien harás;
pues semejante enemigo,
según la historia es testigo
(falastino es de falaz).
Hoy protesta por la paz
agremiado el leguleyo,
por devolverle resuello
a quien nombra “resistencia”,
tramando así, en su inocencia,
el reinicio del degüello.
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GAZA-LIGHTING
¿Qué puede haber más absurdo
a esta extraña colusión
de marxismo y religión?
¿Qué espectáculo más burdo
al abrazo de un palurdo,
yihadi clamando Sharía,
con la estupidez sectaria
de un militante wokista?
¿Cómo llamar progresista
tanta anuencia estrafalaria?
¿Debo llamar solidaria
la complicidad culpable
que al terror viste de amable
víctima ya legendaria?
¿No te resulta palmaria
la obviedad más que evidente
de que esa masa sufriente
artífice es de su luto?
Ay Gaza, sangriento fruto,
pasado siempre presente.
Y a esa otra, la negligente
masa que marcha a la izquierda,
que chapotea en su mierda
y salvación pide urgente
para aquel pueblo "inocente"
que en la muerte ve el camino,
su amor por lo "palestino"
(esotérica abstracción)
es más que su perdición,
es su epitafio mezquino.
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DALTONISMO ISLAMOFÍLICO
No son todos los que inmigran
ni están todos, más quisiera,
siendo inmigrante yo mismo
que no me usen por bandera
quienes buscan imponer,
por mi nombre, sus quimeras,
unidos en la falacia
de una alianza valedera.
Inmigrantes muy curiosos
son los que dejan su tierra
y, donde son recibidos,
quieren cambiar la manera
en que se vive, se come,
se piensa, se ama y se reza.
Pero si el hecho es curioso,
no lo es menos y más cuesta
ver que quien más decidida
oposición les debiera
hacer, por interés propio,
a subversión tan artera,
disimula o justifica,
del peligro ni se entera,
o pretende no enterarse
con estulticia certera,
suponiendo, a grosso modo,
que podrá hallar la manera
de tornar rojo lo verde
y hacer de aquel una puerta
para resoñar el sueño
de reivindicar la tierra.
Y es que, de tanto el odiar
a la cruz y hacerle guerra,
se termina, del hilal,
siendo mucama y ramera.
Todavía se preguntan
(ingenuidad si la hubiera):
¿cómo se puede explicar
el auge de la derecha?
Pobre ese Carlitos Marx,
que hubiera muerto de pena
de haber visto este papel
que escogería su izquierda,
enferma de islamofilia,
que es decir esquizofrenia,
parónimo a sinrazón,
sin visos de entendedera,
infame y vil compadrazgo
con musulmanes de feria,
que venden humo del odio
a quien comprárselos quiera.
Extravía el rojo el martillo,
la hoz quedóse en una apuesta,
hízose trampa a sí mismo
e hipotecó la bandera,
quien al trabajo alababa
e inventariaba sus quejas,
el que vio en la religión
solo el opio de una oveja,
¿qué hubiera dicho de ver
presumiendo su ceguera
al marxistoide vestido
como a la usanza agarena,
kaffiyeh en torno del cuello,
gritando slogans sin tregua,
falaz en el desatino
de no entender con su arenga
que esas víctimas sublimes,
de las que sale en defensa,
le tienen por útil tonto
para servirse en la guerra
por imponernos su dios
ofrendándole la tierra?
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